El delantero uruguayo Sebastián 'Loco' Abreu fichó a los 42 años por el modesto Rio Branco brasileño, el 28ª club de su carrera, alargando así una trayectoria que ya le valió el año pasado el récord Guinness como el futbolista con mayor número de fichajes.
Después de pasar por equipos como el Botafogo, donde se convirtió en un ídolo de la hinchada, o Figueirense, el 'Loco' regresará a Brasil para unirse a este humilde club de Vitoria (unos 500 km al norte de Rio de Janeiro) en la lucha por el próximo campeonato del estado de Espírito Santo.
Su llegada al Rio Branco, recién ascendido a la primera división regional y sin participación en la nacional, fue 'una locura del presidente que acabó saliendo bien', según reconoció el propio atacante en la web del club, tras firmar su acuerdo en la noche del miércoles.
'Ojalá que en abril, al final del campeonato, tengamos un final feliz', añadió el mítico '13' de la selección uruguaya que fue cuarta en el Mundial de Sudáfrica-2010.
Hasta ahora, el último equipo de Abreu había sido el Magallanes de la Primera B chilena, por el que fichó a final de junio sumando el 27º club a su extensa carrera.
Meses antes, el 'Loco' había sido reconocido en Santiago con el récord Guinness como el futbolista con mayor número de fichajes de la historia, después de su salto al Audax Italiano. Con aquella transferencia, Abreu superó el récord de 25 clubes que compartía con el alemán Lutz Pfannenstiel.
En sus 24 años de carrera profesional, el carismático delantero ha pasado por equipos de 11 países aunque en algunos casos haya sido por pocos meses, llegando a jugar incluso en un par de ligas diferentes por temporada.
Abreu, recordado por los uruguayos por haber 'picado' el balón en la definición por penales ante Ghana en el Mundial Sudáfrica-2010-, debutó en 1994 en el Defensor Sporting de su país.
Desde allí arrancó una carrera de trotamundos que le ha llevado a equipos como River Plate o San Lorenzo de Argentina, Deportivo de La Coruña de España, Tigres de México, Beitar de Jerusalén, Aris Salónica de Grecia, Santa Tecla de El Salvador o Botafogo, donde su desembarco provocó una verdadera revolución en 2010.