Un sabor agridulce quedó entre los familiares y vecinos de Rafael Santos Borré en el barrio Las Palmas, de Barranquilla. La euforia y alegría con la que vivieron el empate de River ante Boca se vio opacada con la tarjeta amarilla que recibió el delantero currambero y que le hará perder el juego de vuelta de la final de la Copa Libertadores.
'Una lástima, la fiesta del otro partido que teníamos organizada se dañó. Vamos igual a estar pendientes de él', afirmó Deisy Maury, madre del atacante.
La familia se gozó gran parte del ‘superclásico’, atentos a lo que hiciera la ‘Máquina’, como es apodado el barranquillero. Gritaron, saltaron, vibraron y se lamentaron con las opciones que desperdició Borré, pero al final terminaron conformes con el resultado. 'Era un partido muy duro, muy estresante, pero el resultado es bueno', agregó la madre.
Un altar, con algunos trofeos que ganó Borré en su niñez, y una virgen María adornaron la sala de la casa de la madre del atacante de River, que confía en ver a su hijo campeón el próximo 24 de noviembre. 'Dios nos va a regalar esa bendición', concluyó.