La prueba de contrarreloj de los Mundiales de ciclismo, que se decidirá hoy en Innsbruck, se anticipa un duelo cerrado entre el holandés Tom Dumoulin, vigente campeón, y el australiano Rohan Dennis por ser el más rápido en los 52,5 kilómetros de recorrido.
Dumoulin, la referencia actual de la disciplina, es el principal favorito ante un máximo rival que nunca subió a un podio mundialista. Pero Dennis, ganador de las dos ‘cronos’ de la reciente Vuelta a España, que abandonó antes del final para prepararse mejor para estos Mundiales, es el hombre en mejor forma del momento.
La clave estará en los 15 minutos aproximadamente que durará la subida a Gnadenwald, una pendiente de 4,9 kilómetros situada en el kilómetro 30 del recorrido. La subida, con un desnivel medio del 7,1%, presenta tramos en su primera parte cercanos al 14%.
El perfil es más favorable para Dumoulin, ganador de la última contrarreloj del pasado Tour de Francia. El holandés, laureado el año pasado en Bergen (Noruega), se acomoda a todos los recorridos y se acopla perfectamente cuando la carretera mira hacia arriba.
Pero la cita austríaca llega al final de una temporada cargada para él, con dos segundos puestos en el Giro y en el Tour, cada uno de ellos detrás de un británico.
Aunque ni Chris Froome, ganador del Giro, ni Geraint Thomas, ganador del Tour, estarán en Austria.
Dennis, por su parte, vive una impecable temporada 2018. Se impuso en todas las ‘cronos’ que participó salvo en la del Giro de Romandía (7º) y en la del Giro de Italia en Jerusalén, donde quedó a dos segundos de Dumoulin.
'Ganar un título mundial es uno de los grandes retos de mi carrera', confiesa el campeón australiano, antiguo poseedor del récord de la hora. 'Es algo que siempre quise y me he preparado específicamente para esta contrarreloj de Innsbrük'.