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Por Fabián M. Rozo C.

Especial para EL HERALDO

Cuando lo tuvo al frente y se fundieron en ese abrazo fraterno, el recuerdo asomó de inmediato. En milésimas de segundos, su mente se devolvió ocho años y a un lugar específico: Sabanalarga, donde sus vidas se cruzaron por primera vez.

Mauro Manotas se reencontró el sábado pasado en el Toyota Stadium de Dallas con Michael Barrios, a quien le alcanzaba balones en Uniautónoma. Hoy son rivales, pero el tiempo los ha convertido en hermanos. Del gol sobre todo.

'Yo tenía 15 años cuando él -cuatro años mayor- ya jugaba en el primer equipo. Los de la categoría sub-16 servíamos de recogebolas y como en ese entonces entrenaban en Sabanalarga y yo soy de allá, pues me la pasaba mucho con ellos', recuerda el 9 del Houston Dynamo.

'Era el equipo de Ciciliano, Pachequito, Machacón y él ya se destacaba por lo pequeño, habilidoso y rápido, por lo mismo que ya lo reconocen acá en la MLS. Es un ejemplo y lo admiro mucho a mi hermano, como nos llamamos de cariño', agrega Manotas, quien año y medio después ya era compañero de Michael en el equipo (que tuvo efímero paso por la A), para luego emprender el viaje a Estados Unidos.

Lo hicieron por separado, pero apenas meses los distanciaron. Barrios llegó en enero de 2015 y Mauro en mayo de ese mismo año. Al primero le ha rendido más y a sus 27 años ya fue campeón de la US Cup 2016, el trofeo con el que ahora sueña Mauro. La final será el próximo 26 de septiembre en el BBVA de Houston contra Philadelphia.

Aunque viven en el mismo estado, Texas, y están a cuatro horas en carro o una hora en vuelo de distancia, sólo se vienen a cruzar en la cancha. Y después de cinco empates seguidos en el clásico, por fin el sábado pasado hubo vencedor. Barrios dijo basta y comandó la goleada 4-2. Abrió el camino en su sexto tanto de la temporada regular.

Guía colombiana

El consuelo para Mauro fue que al a marcar el descuento, se convirtió en el máximo anotador de una temporada para Dynamo con 16 festejos. Cifra que no duda en dedicársela a Wílmer Cabrera, su compatriota y DT. 'El ‘profe’ es una persona increíble, le agradezco por la oportunidad que me está dando y lo que me ha formado al ser tan estricto y decirte las cosas en tu cara, sean buenas o malas. Su exigencia me ayuda a crecer', reconoce.

Barrios tampoco se queja. Le vive eternamente agradecido a Óscar Pareja, el otro técnico colombiano en la MLS, quien le 'ha ayudado demasiado en lo personal y profesional'. 'Era mi primera salida internacional y él siempre estuvo ahí para apoyarme', recuerda agradecido. Ya en lo futbolístico, lo 'ha fortalecido en lo defensivo, en ser solidario en ese aspecto'. 'Mi fuerte es lo ofensivo, pero hoy soy más completo gracias a él porque me hizo entender que el jugador que está bien físicamente va a ayudar mucho a su equipo', agrega emocionado.

Igual, compañía no les falta. Barrios, por ejemplo, recuerda con gratitud especial a 'Fabián Castillo, que ya tenía experiencia en la Liga y me ayudó'. Una lección que ahora aplica con Harold Santiago Mosquera y Abel Aguilar, quienes se sumaron esta temporada al FC Dallas.

Manotas también tiene su ‘llave’ en el Dynamo. 'Juan David (Cabezas) es vecino, compartimos muchísimo y no necesitó de tiempo de adaptación porque con su talento y don de gente, llegó y de una fue titular'.