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Haciendo caso omiso de los flirteos del FC Barcelona, el delantero internacional francés Antoine Griezmann anunció este jueves que permanecerá en el Atlético de Madrid, en un insólito video con aires de telerrealidad.

'He decidido quedarme', dice el francés en el documental 'La Decisión', de una media hora de duración, difundido en prime time en el canal privado Cero, de Movistar.

En él insiste en su ambición de ganar la Liga de Campeones, tras las dos derrotas encajadas en la final del torneo continental contra el Real Madrid en 2014 y 2016.

'Quiero ganar la Champions (...) no es mala suerte, es que algo nos ha faltado', añade el atacante en el documental, en el que sucesivamente se le ve llorando de dolor por unos tatuajes que le hacen, comiendo palomitas en su cama, jugando con su hija pequeña o visitando su establo de caballos en el centro de Francia.

'Confío en este club y en los compañeros, y vamos a estar intentando ya ganar el título el 15 de agosto', añade el jugador de 27 años, refiriéndose a la Supercopa de Europa que el Atlético jugará como campeón de la Europa League contra el Real Madrid, vigente ganador de la Liga de Campeones.

Después de un largo culebrón y muchas dudas, el atacante francés descartó así cambiar de aires a pesar de que la prensa catalana especulaba desde hace meses sobre su marcha el 1 de julio tras pagar los 100 millones de euros de su cláusula de rescisión.

Su decisión pone fin a la incertidumbre dos días antes del debut de Francia en Rusia-2018 junto a Australia, pero también implica desechar la oportunidad de unirse a uno los grandes clubes de Europa.

A cambio, Griezmann recibirá una suculenta mejora de su contrato, que termina en junio de 2022. Según la prensa española, su salario pasará de 14 a 20 millones de euros anuales, lo que le convertiría en el jugador mejor pagado de la historia del Atlético.

'Griezmann quédate'

Las posibilidades de acumular títulos para Griezmann eran mayores en el Barça que en el Atlético, donde tras 209 partidos y 112 goles solo levantó la Europa League a mediados de mayo y una Supercopa de España en 2014.

Pero en el estadio Wanda Metropolitano, el francés se asegura el liderazgo del equipo mientras que en Barcelona se vería a la sombra de Lionel Messi como ya les pasó a otros astros futbolísticos como Zlatan Ibrahimovic o Neymar.

Faltará ver la reacción de la hinchada tras los amagos de marcha de Griezmann, que ya estuvo a punto de abandonar el club en 2017 en dirección al Mánchester United.

Si bien durante las celebraciones de la Europa League, los colchoneros lo jalearon con el cántico de 'Griezmann quédate', gran parte del estadio le silbó días después en su último partido de la temporada en casa contra el Eibar.

En la capital española, donde vive desde 2014 con su compañera Erika y su hija Mia nacida en 2016, Griezmann tiene su vida. Y además asegura tener mucho por aprender todavía de su entrenador Diego Simeone.

'El +Cholo+ me ha enseñado mucho, me ha hecho mejor jugador, me ha llevado a estar entre el top tres del mundo', dijo el mes pasado el Balón de Bronce de 2016.

Jarro de agua fría

En su decisión puede haber pesado el crecimiento continuo del Atlético, que inauguró esta temporada su nuevo estadio Wanda Metropolitano con 68.000 asientos y sueña con disputar allí la final de la Champions de 2019.

También es de suponer que el francés habrá recibido garantías de la directiva para mejorar al equipo ante la marcha del icono colchonero Fernando Torres y la venta de jugadores poco utilizados como el francés Kevin Gameiro.

Pero para el Barcelona es un jarro de agua fría después de que incluso su estrella Messi participara en la operación seducción, declarando esta semana que Griezmann era un 'super jugador' con quien sería 'fácil entenderse'.

Un año después de la pérdida de Neymar, el golpe es duro para el Barça, que fichó a Eric Abidal como secretario técnico para reforzar una plantilla que se queda huérfana de su capitán Andrés Iniesta y ha visto cómo su eterno rival, el Real Madrid, levantaba las tres últimas Ligas de Campeones.