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Sin estridencias, fiel a su estilo discreto y humilde que lo convirtieron en una de las personas más queridas de España y el mundo, Andrés Iniesta abandona tras 22 años el FC Barcelona, en el que deja un hueco difícil de colmar.

'Esta temporada es la última', anunció ayer a trompicones, intentando contener el llanto ante una sala de prensa llena hasta la bandera de periodistas, compañeros, cuerpo técnico, directivos y su familia, en primera fila, con su mujer y sus tres hijos.

Emblema de una década de éxito del Barsa junto a los Messi, Xavi o Puyol, Iniesta podría haberse jubilado de azulgrana tras firmar un contrato 'de por vida' en octubre, pero, a pocos días de cumplir 34 años, decidió marcharse a final de temporada, temeroso de no poder 'dar lo mejor' de su fútbol al club de sus amores.

'No quiero engañar a nadie. Me conozco, sé cómo estoy y entiendo que de aquí en adelante, por ley de vida, todo iba a costar algo más', explicó el centrocampista, que no confirmó los rumores de una marcha a China.

Un final redondo

Para los aficionados azulgranas resulta difícil de creer el adiós de Iniesta, después de la exhibición que dio el capitán en el triunfo 5-0 sobre el Sevilla, en la final de la Copa del Rey, con un tanto de ‘Don Andrés’.

Sustituido minutos antes del final, el elegante centrocampista se fue al banquillo con los ojos llorosos mientras recibía una cálida ovación de todo el estadio. 

'Lo cambié para que la gente lo homenajease', reconocía después el técnico, Ernesto Valverde.

Su despedida puede ser redonda mañana con el título de Liga, para lo que el Barcelona sólo necesita un punto ante el Deportivo La Coruña, con lo que terminaría su carrera en el club azulgrana con 32 títulos y cuajando una gran temporada sólo empañada por la eliminación de la ‘Champions’ frente a la AS Roma.

Junto a Leo Messi, Iniesta es el jugador con más trofeos en el Barsa (4 Ligas de Campeones, 3 Supercopas de Europa, 3 Mundiales de Clubes, 8 Ligas españolas, 7 Supercopas de España y 6 Copas del Rey).