El gol de Muriel
El tanto del delantero atlanticense —que contó con un poco de suerte— llegó en el peor momento de Colombia. Acababa de recibir el segundo gol y estaba en la ‘lona’, listo para el ‘nocaut’ francés. La Amarilla despertó y a partir de ahí las historia del juego cambió.
Uribe, clave
Pékerman le quitó libertad a Matheus Uribe, que intentaba, sin éxito, hacer un papel similar al de Cuadrado en ataque, y centró al jugador a ayudar por esa banda en funciones defensivas. Fabra sintió el respaldo.
James despertó
El despertar de Colombia llegó con la aparición de James. El ‘10’ volvió a ser determinante, con su liderazgo y visión de juego. Asistió a Falcao y se convirtió en un constante dolor de cabeza.
Mejoró la defensa
Después de un inicio para el olvido, donde encajaron dos goles, los centrales ajustaron líneas y recuperaron la confianza. Mina y Dávinson fueron impenetrables por todas las vías.
La actitud
Colombia nunca bajó los brazos, no se acobardó con el 2-0 y mostró carácter de Mundial.