Un golpe de cabeza de Miguel Murillo sirvió para finiquitar una buena jugada de conjunto a falta de tres minutos para el final del compromiso y Real Cartagena se apuntó una lacónica victoria ante Orsomarso por la primera jornada del Torneo Águila en un partido muy alejado del ideal que espera disfrutar su sufrida hinchada que protestó a las afueras del escenario exigiendo un mejor equipo.
La acción de juego más importante para los de casa se concretó después de un segundo tiempo plano en el que ambos equipos habían perdido presencia en el área contraria a diferencia del primer tiempo cuando pudieron romper el celofán, pero sus desatinos ahogaron los gritos de gol.
Para el elenco del nuevo entrenador auriverde Marco Indaburo Barros fue el primer triunfo del año que le sirve para sacarse de encima la presión por la imagen negativa que dejó el club en el cuadrangular amistoso de preparación ante equipos de la primera división.
Más allá de la victoria, el nivel del contrincante de turno ameritaba un triunfo más holgado, con mayor y mejor elaboración de las jugadas de ataque, pero la presión del debut pudo tensionar más las piernas de un equipo cartagenero que tuvo siete caras nuevas con relación a la nómina que terminó el año anterior.
La sexta temporada en la categoría B se abrió con un triunfo que no da licencias para soñar y mucho menos para entusiasmarse con una expresión colectiva a la que le faltan muchos baños de maría para cocinarse más.
Reprochable el hecho que no se haya hecho un minuto de silencio, por cualquier excusa, al desaparecido exentrenador argentino Daniel Silguero, jefe del banquillo heroico durante las temporadas de 1996 y 1997.