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Deportistas norcoreanos compitiendo en Corea del Sur, los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang-2018, que se disputan entre el 9 y el 25 de febrero, afrontan una carrera de eslalon entre el interés diplomático y el deportivo, en un evento con un fuerte simbolismo de paz, que parece desplazar al interés de la lucha por las medallas.

Corea del Sur y Corea del Norte desfilarán juntas el viernes en la ceremonia de apertura, al tiempo que un equipo unificado de las dos naciones hermanas participará en la competición de hockey femenino sobre hielo.

Si el barón Pierre de Coubertin pensó en los Juegos Olímpicos como una herramienta de paz, Pyeongchang-2018 parece haberse diseñado en ese sentido.

Una bandera con la península coreana precederá el viernes en la ceremonia inaugural a las dos delegaciones unidas, de 121 deportistas surcoreanos y 22 norcoreanos.

Más de 200 animadoras norcoreanas uniformadas llegaron este miércoles a Corea del Sur para alentar a los deportistas de los dos estados rivales.

El martes, unos 120 artistas norcoreanos llegaron a Corea del Sur donde actuarán con ocasión de los Juegos Olímpicos.

Curiosamente a estos Juegos de Invierno se los puede considerar del deshielo.

La buena entente entre los dos países vecinos, que permanecen en guerra administrativa, ya que no se firmó un tratado de paz desde el Acuerdo del Armisticio de 1953, ha hecho que algunos tilden a estos Juegos de Pyeongchang, en Corea del Sur, como los de Pyongyang, la capital de Corea del Norte.

Las dos Coreas, con sus gestos inesperados, parecen vivir una repentina luna de miel, pocas semanas después de que el régimen de Kim Jong-Un y Estados Unidos se amenazaran con fuego nuclear.

La que parece sumergida en una guerra es Rusia, que trata de arañar el mayor número de representantes posibles tras ser suspendida por sus escándalos de dopaje institucionalizado.

Rusia y el dopaje

La delegación rusa fue la primera en el medallero de los Juegos de Sochi-2014, y aunque el COI solo ha permitido la presencia de 168 de sus deportistas considerados limpios, varias decenas de sus competidores agotan los recursos ante el TAS para poder ser invitados por el COI, entre ellos su estrella de patinaje de velocidad, Viktor Ahn, seis veces oro olímpico, que curiosamente era surcoreano hasta que cambio de nacionalidad hace cuatro años.

Por otra parte, esta XXIII edición de los Juegos hablará más castellano que nunca, ya que con 33 participantes, Latinoamérica supera el récord de deportistas presentes que tenía Sochi-2014 con 32.

Si Brasil ha rebajado su presencia de 13 a 9 atletas, México, Colombia, Bolivia y Ecuador, que debuta, nunca habían tenido representaciones tan numerosas como en esta ocasión.

Al mismo tiempo, España, que solo ha ganado dos medallas, un oro y un bronce, en su historia, llega a Pyeongchang con tres posibilidades claras de podio, sobre todo en patinaje artístico, con el dos veces campeón mundial y seis veces europeo, Javier Fernández.

Las otras dos posibilidades de medalla españolas llegan en el snowboardcross, con Lucas Eguibar, y en half-pipe, con Queralt Castellet.

Cartel atractivo en esquí alpino

Un total de 92 países participantes, con 2.900 deportistas en busca de 102 títulos en quince deportes.

El esquí alpino, disciplina reina de los Juegos, ofrecerá desde el domingo su gran cita, con el descenso masculino. Aksel Lund Svindal, Ted Ligety, Beat Feuz, Thomas Dressen, Kjetil Jansrud y Dominik Paris, algunos de los grandes nombres del circuito, ya se dejarán ver. Marcel Hischer, el rey de las pruebas técnicas, debutará el 13 de febrero, en la combinada.

En la prueba femenina, el cartel es atractivo, con el fantástico duelo que librarán las estadounidenses Lindsey Vonn (33 años, 81 victorias en Copa del Mundo, récord en mujeres) y Michaela Schiffin (22 años y 42 victorias).

Schiffrin se convirtió en Sochi en la más joven campeona olímpica de eslalon de la historia, con 18 años y 345 días.

Otro prodigio a seguir será la estadounidense Chloé Kim, estrella del snowboard, que no pudo participar en Sochi al tener solo trece años.

Pyeongchang-2018, los Juegos de la paz, será un foco de interés deportivo y diplomático durante 17 días.