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Los atletas bolivianos Pedro Velis, José Cristian de la Cruz, Édgar Pacheco y Ariel Choque se llevan para su patria la medalla de oro más importante de los XVIII Juegos Bolivarianos de Santa Marta: la del esfuerzo y la fe.

Integrantes del equipo de remo, de la mano del licenciado en Educación Física, Fabio Calle (su entrenador) y de Óscar Claros Grageda, un veterano paracaidista que ocupa el cargo de presidente de la federación en esta disciplina, demostraron que se puede ser héroe sin ganar medallas y sin batir records.

En el balneario de Taganga enfrentaron la experticia de chilenos, peruanos, venezolanos, colombianos y paraguayos, convencidos de que cumplirían cabal y lealmente con el juramento deportivo: llegar hasta el final aunque fueren últimos.

Si perder era una lógica y ganar, una proeza, lo que más les importaba era competir… con la esperanza en el corazón y con los sueños en la cabeza.

'Haber salido de Bolivia y estar aquí, ya es un éxito rotundo', dijeron, no sin antes confesar que no conocían el mar (Bolivia no tiene costa), que jamás habían montado en un kayaks hidrodinámico y que lo poco que sabían de la competencia de remo era a través del 'profesor Google' es decir, en Internet.