Dinamarca se impuso 5-1 a Irlanda y selló su boleto para Rusia 2018, gracias a una actuación estelar de Christian Eriksen, autor de tres goles.
Shane Duffy adelantó a los irlandeses nada más iniciarse el partido, pero Andreas Christensen y Eriksen voltearon el marcador antes del descanso y la estrella del Tottenham sentenció en la segunda parte.
El recién ingresado Nicklas Bendtner puso la guinda al transformar un penal que habían cometido sobre él mismo.
Será la quinta participación mundialista del combinado nórdico, que no estuvo presente en la edición de Brasil 2014 y que cuenta con unos cuartos de final como mejor resultado (1998).
Por su parte, Irlanda tendrá que ver por televisión un torneo para el que no se clasifica desde Corea y Japón 2002.
Dinamarca se unió de esta manera a Suiza, Croacia y Suecia como equipos que han logrado el pase en el repechaje de la zona europea.
Los otros representantes de la UEFA serán Alemania, Inglaterra, Bélgica, España, Polonia, Islandia, Serbia, Francia y Portugal, además de Rusia por su condición de anfitriona.
Tras el decepcionante partido de ida en la capital danesa, todo iba a decidirse en el Aviva Stadium de Dublín y el duelo no pudo comenzar mejor para los locales: una falta frontal desde mediocampo, un mal despeje de la defensa y el central Duffy mete la cabeza antes de la llegada de Kasper Schmeichel para mandar la pelota a la red.
Pero los daneses reaccionaron rápido y no tardaron en llevar peligro a la portería defendida por Darren Randoplh. William Kvist y Pione Sisto avisaron con sendos disparos que atajó el portero del Middlesbrough.
A la tercera, los nórdicos no perdonaron y Christensen anotó un gol afortunado, después de que su remate tocara en el palo tras una gran jugada por la derecha de Sisto.
Apenas tres minutos después, Eriksen destapó el tarro de las esencias para culminar una contra con un sublime derechazo que se coló pegado a la escuadra irlandesa.
Con la ventaja de saber que el rival necesitaba dos goles para darle la vuelta a la eliminatoria, los daneses jugaron a placer y sentenciaron con otras dos obras de arte del mediapunta del Tottenham.
Primero colocó con sutileza un disparo con la derecha pegado al palo de Randolph y después reventó una pelota muerta en el área que dejó inocentemente un defensa irlandés en un mal despeje.