Este sábado se cumplen 100 años del natalicio del mexicano Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido en el mundo de la lucha libre y la actuación como Santo, ‘El Enmascarado de Plata’.
La conmemoración es probable que pase un tanto desapercibida en México, ante la tragedia que vive gran parte de la población a raíz del terremoto del martes pasado.
Sin embargo, sus seguidores en Latinoamerica seguramente recordarán hoy su agilidad y fuerza en los tinglados, y su aura cautivante en el cine. Santo falleció hace 33 años, pero sus recuerdos y filmografía siguen vigentes en la memoria de sus fans. Por eso es fácil afirmar que Santo llega hoy a ‘siglo de vida’.
Desde inicios del 2017 su hijo, Jorge Ernesto Guzmán, anunció que con la ayuda del Gobierno de la Ciudad de México trabajaban para habilitar una casa museo en honor a un héroe que fue de carne y hueso, vivo, palpable, no nacido de un comic. 'Los visitantes podrán observar y tomarse fotografías con sus máscaras, ropa, mallas, capas y trofeos', sostuvo el heredero de la leyenda.
El hijo de Santo también reveló que está en la fase de preproducción de una película que muestra las aventuras de su padre, pero en un filme nada biográfico, sino basado en leyendas urbanas. Rodolfo Guzmán Huerta nació el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo (México), y se desempeñó como luchador profesional entre 1942 a 1982, periodo en el que fue casi imbatible.
El 5 de febrero de 1984 murió (a los 67 años), de infarto tras concluir una actuación en el Teatro Blanquita en el DF. Al día siguiente fue sepultado en Mausoleos del Ángel ante una multitud que gritaba su nombre. También estuvieron en el cortejo luchadores emblemáticos como Blue Demon y Black Shadow, que cargaron el ataúd hasta su última morada.