Una gran confusión reinaba ayer por la noche en la sede de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (Aiba) en Lausana (Suiza), donde los opositores al presidente taiwanés Ching-Kuo Wu, miembro influyente del COI, trataron de hacerse con el poder.
El boxeo olímpico ha vivido a lo largo de su historia varios episodios escandalosos, sobre todo por resultados ‘sorprendentes’ en algunos combates debido a decisiones arbitrales de jueces que después fueron sancionados por corrupción, pero lo vivido en la Aiba ayer es aún más inaudito.
La veintena de trabajadores de la federación en Lausana no pudieron acceder a su puesto de trabajo, ya que trabajadores de la empresa Securitas bloquearon la entrada al edificio de la AIBA, situado en la Casa de los Deportes de la ciudad, desde por la mañana.
En la puerta de las oficinas colgaba un documento redactado en inglés, firmado por un Comité Ejecutivo Interino (CMI) y dirigido a la veintena de empleados de la entidad.
'Queridos trabajadores: El comité ejecutivo de la AIBA ha probado una moción de censura contra el actual presidente, Ching-Kuo Wu', se lee en la misiva.
'También se ha puesto en marcha un Comité Ejecutivo Interino (CMI) que gestione la entidad y organice un congreso extraordinario. A ese efecto, se ha decidido cerrar, durante este periodo de transición, las oficinas para el resto de semana y ofrecer tres días de vacaciones a los empleados', agrega la nota.
Según los testimonios recogidos en el lugar de los hechos, los trabajadores no fueron avisados de esta medida y se encontraron con las oficinas cerradas, además de varios coches de policía estacionados frente al edificio.
Por la noche, los agentes de seguridad seguían haciendo guardia en las puestas del edificio, selladas con bandas adhesivas, constató un periodista de la AFP.