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Además de ser la única niña jugando el Latinoamericano de Béisbol en Barranquilla, Valeria Frías llama la atención por su capacidad de adaptación en el juego. Pese a que la seduce el sóftbol, no destiñe en la ‘pelota caliente’.

Tiene 12 años y representa a la delegación de Guatemala. Su posición natural es primera base, pero ha sido catcher, jardinera derecha, campocorto y ha combatido el 'miedo' en la ‘lomita de los suspiros’.

'Me siento cómoda en la primera base, pero si el mánager me necesita como catcher, hay que echarle ganas. Incluso he sido pitcher y tiene uno que ser el mejor en ese momento', expresa a EL HERALDO la estudiante del ITC (Instituto Tecnológico de Computación).

Es primera vez que pisa el cálido suelo barranquillero. El clima, aparte de los equipos rivales, ha sido uno de los factores a combatir.

'El clima no es para nada igual. En mi país es más frío y cae nieve. Nosotros llegamos con pantalones y buzos, cuando nos bajamos, el calor era bastante. De todas maneras estamos tratando de representar de la mejor manera a Guatemala', agrega.

‘Big papi’, su ídolo

Valeria se declara seguidora de los Medias Rojas de Boston. Es la novena de sus amores y uno de los grandes motivos era David Ortiz, el ‘Big Papi’. Su retiro entorpeció uno de sus grandes sueños.

'Para mis quince años, mi mamá me dijo que si quería una fiesta. Yo le respondí que quería irme de viaje a Boston para ver un juego de ‘Big Papi’, pero no sabía que se iba a retirar tan pronto. Ahora no lo podré ver'.

El sueño de Valeria de ver al dominicano en un diamante se esfumó, pero el de alcanzar una beca deportiva en el exterior aún sigue muy latente.