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Lo primero que uno siente cuando te dicen ‘exámenes médicos’ es la incertidumbre por saber los resultados que arrojarán estas pruebas. Debo reconocer que cuando decidí hacer este trabajo sentí un poco de temor e inseguridad. Nunca me había hecho un chequeo general y temía que me saliera alguna anomalía inesperada que tuviera en riesgo mi vida. Pero decidí hacerlo. Pudo más la curiosidad que mi temor.

Muchas veces leemos en la prensa o escuchamos en los noticieros que ‘X’ jugador de fútbol pasó el reconocimiento médico y firmó contrato con ‘Y’ club por no sé cuántas temporadas.

En el caso nuestro, el ejemplo lo trasladamos al Junior. En los últimos días, precisamente, cuatro jugadores llegaron el equipo ‘Tiburón’ (Sebastián Hernández, Michael Rangel, Fáber Cañaveral y David Álvarez), no sin antes practicarse los famosos exámenes médicos. Todos los pasaron sin ningún inconveniente, como se preveía, y finalmente estamparon su firma en el contrato que los unió oficialmente al cuadro barranquillero.

Pero las preguntas que muchos nos hacemos son: ¿En qué consisten estos exámenes médicos? ¿Qué pruebas realizan? ¿Por qué jugadores que parecen sanos no pasan los chequeos?

Por eso me tomé a la tarea de practicarme los exámenes, como si fuera un profesional más del balón, para conocer en qué consisten, y bueno, saber al final si pasó o no las pruebas…

Lo primero que nos explicó el doctor Iván Chalela, exmédico del Junior, es que 'una evaluación médica deportiva suele variar según las condiciones de cada jugador'. Sin embargo, 'todos deben de pasar por varias áreas en donde se les analiza el corazón, la sangre, las articulaciones, los dientes, los pulmones, el tipo de alimentación, el estado físico, entre otros factores'.

Inicialmente me trasladaron a un laboratorio para las respectivas muestras médicas. Ahí me realizaron diferentes exámenes: hemograma, glicemia, colesterol, parcial de orina, coprológico y estudios serológicos.

Luego del ‘festival’ de inyecciones que tuve que soportar de entrada vinieron las pruebas de esfuerzo. Fui trasladado a otro centro médico, donde me realizaron un ecocardiograma. Buscaban saber cómo estaba trabajando el corazón eléctricamente con base en los cambios que se registran al hacer deporte.

Esa era una de las pruebas que más me preocupaba porque implicaba al corazón. El doctor que me atendió, Carlos Saad, me revisó detalladamente el órgano más importante de todo el cuerpo.