El español Rafael Nadal, hasta ahora imparable y a un nivel espectacular, buscará el domingo (13h00 GMT) su décimo título en Roland Garros para agrandar todavía más su leyenda en París, en un duelo ante el suizo Stan Wawrinka, campeón en este torneo hace dos años.
Wawrinka llegó a la competición con un mejor ránking que Nadal (número 3 contra número 4), pero el español es claro favorito para el título por su dominio en la temporada sobre tierra batida y su impresionante recorrido en estas dos semanas en la capital francesa.
Nadal, que no gana un torneo del Grand Slam desde que en 2014 levantó su última 'Copa de los Mosqueteros' en París, parece haber dejado atrás dos años marcados por las lesiones, que le hicieron abandonar el podio del tenis mundial y que motivó que algunos vaticinaran el final de su carrera.
Pero resurgido de sus cenizas, Nadal parece haber recuperado su tenis de los mejores días, pese a sus ya 31 años: para llegar a la final ha perdido apenas 29 juegos en seis partidos, su mejor registro en París.
'Con Rafa nada ha cambiado. Sigue siendo un monstruo. Es prácticamente imposible jugar contra él en Roland Garros, donde va a por un décimo título', reconoció Wawrinka el viernes.
El propio Nadal admitió que se está sintiendo muy bien en este torneo desde el primer momento.
'Desde el comienzo he jugado bien. Otros años fue distinto, fui de menos a más. Sería arrogante decir lo contrario, he jugado muy bien y he sido muy regular', aseguró.
En el Abierto de Australia a principios de año ya estuvo a punto de levantar el trofeo, pero entonces Roger Federer, ausente en este Roland Garros, le ganó en el último partido.
Ahora tiene otro rival suizo como último obstáculo, Stan Wawrinka, con el que ya perdió una final del Grand Slam, en 2014 en Australia, en el primer 'grande' ganado por 'Stanimal'.
Wawrinka tiene además un pleno de victorias en las tres finales del Grand Slam que ha alcanzado: también se impuso en la de Roland Garros en 2015 y el año pasado en la del Abierto de Estados Unidos, en ambos casos contra Novak Djokovic.
Pero Nadal también tiene precedentes que le invitan a ser optimista: ha sido campeón en cada una de las diez ocasiones en las que ha llegado al último partido en París.
En los duelos directos entre ambos, más allá de aquella final de Melbourne de hace tres años y medio, Nadal domina claramente con un balance favorable de 15-3.