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Un relato posterior a los hechos en la voz de Édgar Perea retumbaba contras las paredes del coliseo Bernardo Caraballo, el inmueble del barrio Paseo de Bolívar, donde ayer en la mañana un poco más de cincuenta personas acompañaron a la familia del doble ex campeón mundial de las 160 libras Rodrigo Valdés Hernández en la cámara ardiente antes de su sepultura en la mañana de hoy.

Los contundentes ganchos de ‘Rocky’ a la zona media y el que le dio en la cabeza paralizando a Bennie Briscoe, para que terminara cayendo como un edificio dinamitado, eran descritos en la voz del ‘Campeón’ mientras los asistentes caminaban los veinte metros que separan la puerta principal del lugar donde se encontraba el ataúd con el cuerpo sin vida de ‘la Fiera’, el otro apodo con el que se conoció a Valdés, en la mitad del maderamen del coliseo.

Impecable como si fuera a la primera comunión de sus nietos, Antonio Cervantes Reyes ‘Kid Pambelé’ atendía a un reportero de televisión mientras su pierna izquierda se mantenía inquieta.

‘Pambe’ le bajó los decibeles acostumbrados a su atronadora voz para estar acorde al momento luctuoso, mientras atendía a todos los periodistas de televisión, radio y prensa que lo vieron como el primer asistente de importancia en llegar al recinto.

'Era un gran amigo, compartí mucho con él cuando el Mercado de Bazurto estaba en Getsemaní, cuando jugaba dominó en San Andresito y como un gran campeón de los pesos medianos. Él fue guapo, golpe a golpe no le ganaba nadie. Rodrigo vacilaba con toda la gente. Sufrió bastante con el tema del azúcar en la sangre', recordó el salón de la fama.

Sin embargo, fue el ídolo de siempre Bernardo Caraballo, quien más atención tuvo de parte de los pocos asistentes a la ceremonia en el coliseo.

‘El Benny’ llegó luciendo su acostumbrado sombrero blanco de ala corta, con su esposa Zunilda soportando su brazo mientras trataba de dar un paso ayudado, además, por un bastón.

Caraballo examinó a su viejo amigo con aquella mirada de asombro mientras posó para los reporteros gráficos al lado del cajón.

Después de dar media vuelta, comenzó a contarle a unos de los cuatro policías que tenían a su cargo el protocolo para la cámara ardiente, que él había combatido en países asiáticos, recitando de memoria los complicados nombres de sus rivales de aquellos países mientras el uniformado sonreía.

'Nos vimos hace algunos días atrás', refiriéndose a ‘Rocky’. 'Como unos diez días. Nos conocimos muy pelados recién llegado de Bocachica donde nací y mientras lustraba zapatos y él vendía pescados en el mercado de Getsemaní. Éramos buenos amigos, si Dios se lo llevó fue porque lo necesitaba', dijo el ex aspirante a la corona de los gallos en 1967 ante el japonés Fighting Harada, en Tokio y quien explicó que el cuello ortopédico que lucía era por una vértebra que se le desgastó de tanto cabecear esquivando los golpes y para soportar el dolor que lo aqueja.

'Creo que perdió ante Rossito'

Llevan el mismo apellido, pero no son familias cercanas. Sin embargo ‘Rocky’ trató como los más íntimos amigos a Rubén Valdés y su esposa Romelia de quienes fue padrino de bodas por allá en la década de los setenta.

'Me cumplió cuando lo llamé a Nueva York a decirle que me casaba y le pedí ser mi padrino de bodas. A las dos semanas se vino interrumpiendo sus entrenamientos y cumpliendo su promesa de estar presente en ese día tan importante para nosotros. Si algo recuerdo de él fueron sus feroces combates con Mario Rossito y Germán Gastelbondo. Con Rossito fue una guerra de palo a palo, mucha gente lo vio perder, incluyéndome. Pero con el resultado oficial de empate le decía a la gente que la carrera de Valdés como iba en ascenso no podía sufrir esa derrota. Valdés dio los mejores golpes arriba mientras que Rossito pegaba duro en la zona media', recordó ‘la Cobra’.

carteles en su casa. Ubicada al pie de la Calle 70, entre las carreras quinta y séptima, la residencia de la familia Valdés Tijerino fue adornada con ocho pancartas escritas por niños estudiantes del colegio Corporación Beverly Hills con mensajes de despedida al excampeón en tres idiomas: español, inglés y mandarín.

'Rocky, will miss you'. 'No es grande aquel que nunca falla sino el que nunca se da por vencido'.

Decían dos de las cartulinas blancas que fueron colgadas de la reja negra de siete metros de largo que protegen el jardín de la vivienda de dos pisos ubicada en una esquina del barrio Crespo.

El ataúd regresó después de las tres de la tarde a la sede de la Funeraria Lorduy desde donde partirá a las 10 de la mañana de este viernes el cortejo fúnebre hacia el cementerio Jardines de Cartagena, frente al barrio El Recreo, donde está ubicada su morada eterna.

La Gobernación de Bolívar ya tiene listo para acuñar el nombre de Rodrigo ‘Rocky’ Valdés en la placa inaugural del coliseo mayor que se construirá con ocasión de los Juegos Deportivos Nacionales 2019.