Compartir:

Literalmente sin más lágrimas en sus ojos, el cirujano Armando Pomares Herrera le contó a sus contertulios, el médico Juan Conrado y al dirigente deportivo Gustavo Morales de León, que debió asistir a Rodrigo ‘Rocky’ Valdés el lunes en la noche acudiendo de emergencia a su residencia en el barrio Crespo donde sufrió un paro cardíaco mientras veía televisión sentado en la mecedora de madera maciza color café, donde atendía a todas las visitas.

Según su relato, la emergencia dentro del hogar de la familia Valdés Tijerino se presentó el lunes a eso de las 10:30 de la noche cuando fue avisado por parte de la señora del exboxeador que este había presentado el problema cardíaco que terminó con la vida de la icónica figura deportiva.

A la pregunta de EL HERALDO de por qué solo la trágica noticia trascendió 24 horas después, el galeno no encontró respuesta, ni explicación a un asunto que estuvo guardado de forma secreta en el círculo familiar de ‘Rocky’ o en medio del apuro lo que menos importó fue comunicar la emergencia que terminó en su muerte.

Terminando de precisar los tiempos, Pomares, un prestigioso cirujano cartagenero que acompañó a ‘Rocky’ desde principios del año 1972 cuando lo atendió por primera vez en el hospital Columbia Presbiterian Medical Center de Nueva York (EE.UU.) por la hepatitis que sufrió, sacó su pañuelo del bolsillo de atrás de su pantalón para pasarlo por sus enrojecidos ojos.

'Ya no tengo lágrimas', le dijo a Morales de León. 'No fui capaz de verlo en el ataúd. No soy capaz de acercarme y ver a un amigo de más de 45 años, Gustavo. No puedo'.

La amistad entre ambos comenzó cuando Pomares realizaba la especialización en Cirugía en Nueva York y estando de turno en el centro médico hasta donde el entrenador de Valdés, Antolín Sánchez Govín, ‘el chino’, lo llevó para fuera atendido.