Compartir:

En 1991, en el club Campestre de Ibagué, Jesús Amaya ganaba su primer título como golfista siendo aún un caddie de 21 calendarios. Hoy, con 47 años de lucha, el nacido en Apartadó, Antioquia, suma 106 victorias en su carrera y en el XXXIX Abierto Internacional de Golf del Caribe, que se desarrolla en los Lagos de Caujaral, quiere coquetearle a un nuevo éxito.

Antes de llegar al municipio de Funza (Cundinamarca), donde reside junto a sus hijos Christian Andrés (26 años), Ana Sofía (11 años) y su esposa Alexandra Manrique , Jesús habitaba en el barrio La Estrella, ubicado en la localidad Ciudad Bolívar, de Bogotá. Hizo de todo para sobrevivir. Sin pena afirma que hasta 'empanadas con huevo' le tocó vender en el club La Florida donde fue bautizado como ‘Estrellita’.

'Yo empecé de caddie, como muchos lo han hecho en este país y jugué en club de golf La Florida, en Bogotá. Llegué por cosas del destino. Nunca supe lo que era el golf. Trabajé en muchas cosas menos en este deporte. Vendí hasta empanadas con huevo y cuando gané mi primer torneo dije: 'Ah, bueno sí, gané', pero no estaba tan entusiasmado ni sabía lo que iba a ser el golf en mi vida', expresa.

Durante cuatro años consecutivos Jesús Amaya ocupó el primer lugar en el ránking de profesionales en Colombia, además de ser nombrado Mejor Jugador Profesional por la Federación Colombiana de Golf en los años 2000, 2002 y 2005. Es un ícono del golf por su vida y por el talento que ha demostrado en una trayectoria de más de 20 años.

En Barranquilla se siente como pez en el agua. Conoce el césped del Caujaral y espera que la brisa le juegue a su favor para disputar el título el domingo.

'Pienso que el campo está en óptimas condiciones. Sabemos la dificultad que tiene año tras año la logística del club para que todo esté impecable. Todos hacen un gran esfuerzo para mantener, pese al invierno y el verano, un campo a tope. Este año he visto una buena inversión y un gran ambiente en el club', destacó.

‘Estrellita’ dice no tener rivales. Para él, el único rival a batir se llama Jesús Amaya.

'El rival para mí soy yo, el campo y el viento. Eso es lo más difícil. En cuanto al viento aún no está en todo su poder. Así puede ser más difícil porque hay golpes que están a 10 millas y de repente llega a 15. Eso puede hacer que el tiro sea impreciso'.

Para la edición 39 del famoso Abierto de Golf del Caribe, Amaya está en llave con el caddie Fabián Carpio, uno de sus ayudantes cuando pisa suelo barranquillero. ‘Estrellita’ quien aún sigue siendo caddie, colabora en los torneos al atlanticense Ricardo ‘Pipo’ Celia.

'Lo más importante que debe hacer o tener presente el caddie es conocer al jugador y conocer el campo donde se esté jugando para que le ayude al profesional a decidir con qué palo se golpea en determinados hoyos. En esta oportunidad estoy con Fabián con quien ya he estado en competencia varias veces'.

La meta para el antioqueño es clara para el próximo año, luego de jugar en Barranquilla la última competencia de 2016.

'El objetivo principal es poder alternar un poco el juego nacional con el extranjero. Voy a tratar de asistir el PGA Latino y prepararme para el 2018 que voy a ir a intentar jugar la escuela para Senior'.

‘Estrellita’ es un golfista con un excelente swing, ganador y con una historia de vida casi que de ficción. Al preguntarle si existirá otro Jesús Amaya, es claro en afirmar que 'quizá parecido, pero igual, nunca'.

Frank Sterbak

Frank Sterbak, superintendente de campo en el club Lagos de Caujaral, destacó las condiciones del campo. 'Tuvimos un invierno muy fuerte, pero hemos recibido buenos comentarios de parte de los profesionales'.