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Propulsada por un doblete de Antoine Griezmann, la selección francesa logró acceder a los cuartos de final de la Eurocopa tras doblegar por 2-1 a una correosa Irlanda, que se adelantó a los dos minutos de partido gracias a un penalti que transformó Robbie Brady.

El jugador del Atlético de Madrid firmó una actuación colosal en la segunda mitad al rubricar en tres minutos dos goles que firmaban la remontada y con ella la primera victoria francesa en un partido a eliminación directa en el torneo continental desde hace 16 años.

El combinado de Didier Deschamps pierde, eso sí, por acumulación de tarjetas a Kanté y Rami para el partido de cuartos, que saldrá del choque entre ingleses e islandeses. Además, Coman, que entró en la segunda mitad, se retiró lesionado.

Era un día perfecto para un partido de fútbol. Una jornada soleada, ligeramente nubosa y con una temperatura ideal, ni frío ni calor.

Las condiciones ideales para que la selección francesa se diera un festín ante su hinchada en el majestuoso Parc Olympique Lyonnais, al que acudieron poco más de 5.000 irlandeses, por un asunto de cuotas y porque muy pocos apostaron por que su equipo llegaría a octavos de final.

Una tarde gloriosa que no tardó en convertirse en un infierno para el combinado francés. En el primer centro que llegó al área de Lloris, se resbaló Rami y el balón le llegó Shane Long. Paul Pogba no midió sus fuerzas y atropelló al delantero del Southampton haciéndole penalti.

El héroe de la clasificación irlandesa para octavos ante Italia, Robbie Brady, transformó la pena máxima en el minuto 2.

Fue el gol más rápido en la Eurococopa 2016 y el segundo en la historia del torneo.

Francia se encontró de repente viviendo una pesadilla puesto que en frente tenía a una Irlanda que si se caracteriza por algo es por su aguerrida defensa y su juego físico.

Didier Dechamps sacó el once con el que debutó en la Eurocopa y que le sirvió para doblegar a Rumanía (2-1). Con una pequeña diferencia, Pogba comenzó en la izquierda de la medular desplazando al zurdo Matuidi la derecha. El objetivo era colocar al jugador del Juventus en la zona en la que en Italia ha hecho estragos esta temporada.

Un cambio que funcionó porque Pogba, a pesar de los nervios, fue el mejor de la primera parte. Se apoderó del centro del campo y sus centros siempre llevaron peligro al área de Randolph.

Sin embargo, Francia se fue al descanso sin empatar al chocar tanto Griezmann como Payet contra el muro defensivo que levantó su rival.

La selección irlandesa pudo haber ampliado su ventaja, pero se topó con Hugo Lloris, que en el minuto 21 paró un gran disparo de Murphy.

Tras la reanudación, no tardó en despejarse el panorama para Francia.

Deschamps probó dando entrada a Coman por Kanté, que tenía una amarilla. Los locales se lanzaron al ataque y a los diez minutos Matuidi dio el primer aviso con un gran disparo que detuvo el guardameta irlandés.

Fue un ensayo de lo que se avecinaba. En la siguiente jugada, Evra metió un centro al corazón del área que Griezmann se ocupó de enviar con un cabezazo impecable al fondo de la red. La selección francesa recuperó entonces la serenidad y el control del partido.

Tres minutos después, el delantero del Atlético de Madrid se ocupó de sellar la victoria francesa con un disparo cruzado, tras recibir una gran asistencia con la cabeza de Giroud.

Con Irlanda en la lona, el once francés tuvo aún más oportunidades para ampliar su victoria. Sobre todo después de que el árbitro expulsara a Duffy por derribar a Griezmann en el borde del área cuando se dirigía totalmente solo hacia Randolph.

En los minutos finales, Gignac envió un disparo al larguero y Griezmann a punto estuvo de firmar un triplete, pero se retiró con el doblete y un merecido galardón como mejor jugador del partido.