Las selecciones de Estados Unidos y Costa Rica encaran su partido del Grupo A de la Copa América con la necesidad de obtener una victoria que les permita definir sus posibilidades de avanzar a los cuartos de final del torneo.
Estados Unidos, bajo la dirección de Jurgen Klinsmann, perdió por 2-0 contra Colombia en el partido inaugural, está último en su llave y una nueva derrota ante sus rivales de Concacaf les dejaría fuera del torneo continental siendo local.
'Estamos con la espalda contra la pared y tenemos que ganar sí o sí', declaró el delantero Clint Dempsey, durante uno de los entrenamientos realizados por su equipo en Chicago.
'Va a ser un partido muy difícil', expresó el jugador de los Seattle Sounders estadounidense sobre los Ticos, que sumaron un punto al empatar sin goles con Paraguay.
Su compañero Geoff Cameron, dijo a su vez que el equipo 'sabe lo que tiene que hacer' para enfrentarse a un rival que no contará con su máximo potencial, por la baja antes de comenzar el torneo del portero titular Keylor Navas, lesionado en el talón de Aquiles, y la expulsión de Kendall Waston por roja directa contra los paraguayos.
Costa Rica perdió con esta expulsión al único defensa con la altura y características necesarias para disputar los balones aéreos a Cameron, John Brooks y Gyasi Zardes, los tres con estaturas promedio de 1,90.
Esto obligará al DT de los Ticos, Óscar Ramírez, a mover piezas en la retaguardia para sustituir a Waston, un cabeceador defensivo y arma peligrosa por alto en las acciones de ataque, y que ha sido uno de sus pilares en la eliminatoria mundialista rumbo a Rusia 2018, donde Costa Rica está invicta.
La defensa podría estar integrada por el veterano Michael Umaña, Óscar Duarte y Johnny Acosta, que garantiza buen toque a ras del piso y tranquilidad para salir jugando desde atrás.
Ramírez, que dirige al equipo desde agosto de 2015, opina que el partido de hoy será mucho más abierto que el duelo ante Paraguay, por lo que la inclusión de un volante más, como Christian Bolaños o Johan Venegas, permitiría aprovechar los espacios que dejará Estados Unidos ante la obligación de ganar.
El entrenador también encara el partido como una final, para aspirar por lo menos al segundo lugar del grupo, donde Colombia aparece como la favorita.