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Muhammad Ali fue el más grande del boxeo. Con un ingenio tan agudo como sus puñetazos, dominó el boxeo durante varios años antes de sufrir el mal de Parkinson, el cual destruyó su cuerpo, colocándole fin a su carrera en 1981. Triunfó y defendió su título pesado en combates épicos. Estuvo a favor de los negros y negaba ser conscripto en el ejército durante la Guerra de Vietnam por sus convicciones musulmanas. Pese a su enfermedad, viajó y encontró calurosas recepciones.