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La experiencia que vivió ayer Evert Salas fue similar a la de 2004 cuando se coronó campeón con Junior en el estadio Atanasio Girardot.

Salas volvió a celebrar un título, pero esta vez como técnico y no pudo contener las lágrimas cuando el árbitro finalizó el partido. El ex defensor del Junior se abrazó con su colaboradores y luego con su familia.

'Esto es una alegría inmensa, algo que venía buscando. Estamos felices por la oportunidad que me dieron. Dejamos el nombre del Departamento en alto. Ser campeón como técnico y jugador es inexplicable. Lo que estoy sintiendo es algo increíble', sostuvo con emoción el joven DT.

Salas, de 33 años de edad, cree que la clave para lograr el título estuvo en la unión y en el tiempo que tuvo para encontrar el equipo.

'Hicimos una buena familia y tuvimos tiempo para trabajar. El proceso siguió y ahí estuvo la clave. Sabíamos lo que nos hacia falta. Este año tuvimos tiempo de ver a los jugadores e ir a los pueblos, y miren que salieron jugadores. Esto es con tiempo, en dos meses no se puede escoger una selección', afirmó Salas.

El fútbol del Atlántico tenía cinco años de sequía de títulos. Y seis años sin levantar uno en esta categoría.