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Y llegó el día soñado por el Leicester City. Ayer la historia de este humilde club del norte de Inglaterra se partió en dos cuando su capitán, el jamaiquino Wes Morgan, levantó el título que los acredita como campeones de la Liga Premier inglesa.

Cánticos, banderas, confites, lágrimas… todo hizo parte de la emotiva celebración. ‘Los Foxes’, de la mano del italiano Claudio Ranieri, concluyen así una gesta que quedará grabada en la memoria de todos los amantes del fútbol. La historia de un club que con trabajo, esfuerzo y dedicación supo ganarse el corazón del mundo entero y destruir esa hegemonía impuesta por los equipos más poderosos del fútbol británico.

La atmosfera ayer en el King Power Stadium fue mágica. El triunfo 3-1 sobre el Everton pasó a un segundo plano. Lo más esperado fue la celebración, la cual inició en la voz del tenor italiano Andrea Boccelli que entonó, previo al compromiso, el ‘Nessun Norma’, de la ópera Turandot, y la canción ‘Time To Say Goodbye’, cánticos que emocionó a su amigo Claudio Ranieri, que no se le despegó ni un instante de su lado.

'Hemos ganado porque nos habéis empujado. Os quiero. Gracias', dijo Ranieri, mientras sus aficionados no paraban de corear su nombre. 'Nos ha cambiado la vida', aseguró un veterano hincha. 'Ya nada será igual después de esto', agregó.

El partido trajo consigo un nuevo triunfo del Leicester, 3-1 sobre el Everton. El delantero Jamie Vardy volvió a vestirse de héroe anotando dos tantos más para llegar a 24 y quedar a solo uno de líder de goleo de la ‘Premier’, el inglés Harry Kane, del Tottenham. Y como si fuera planeado, uno de los tres tantos de los ‘Foxes’ fue anotado por Andy King, el histórico canterano que ha celebrado con el Leicester los títulos de la tercera, segunda y primera división del fútbol inglés.

Sobre el final del juego, Kevin Mirallas descontó por el Everton. Lo que significa que ayer no hubo pizza para los dirigidos por Ranieri. Sin el arco en cero, no hay premio, la premisa de un DT que premió cada esfuerzo hecho por sus jugadores.

Al final, el estadio creó uno a uno los nombres de sus héroes, antes de que Wes Morgan, el último de la fila, el capitán, uno de los símbolos del equipo, levantara, de la mano de Ranieri, el trofeo de campeón. El ‘We are the champions’ resonaba en el King Power Stadium, que coronó ayer a los nuevos reyes de la ‘Premier League’. Sí, Leicester demostró que sí se vale soñar.