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Hace ocho años el barranquillero Breidis Prescott acabó con Amir Khan más rápido de lo que lo hizo el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez anoche en Las Vegas. El barranquillero lo fulminó en los primeros treinta segundos del primer asalto cuando ambos se encontraron en Inglaterra para disputar un título continental en aquel entonces.

Era otro Khan. Con menos experiencia profesional, pero con una medalla olímpica. En el peso de los ligeros. Un hecho solo para la anécdota. Este sábado el inglés de origen paquistaní pagó muy cara su travesía de subir ocho libras de peso corporal para combatir con el mexicano sin tomarse el tiempo requerido con otras peleas para adaptar otros asuntos técnicos y naturales como la pegada a esta nueva categoría de los medianos, aunque la pelea tuvo peso pactado en las 155 libras.

Por ejemplo, Khan se había anotado uno buenos golpes de puntos ante 'Canelo' antes del nocaut fulminante. Golpes de puntos, no de poder. Las primeras repeticiones de los primeros tres asaltos dejaron ver como algunas manos de Khan entraron limpias a la cara de 'Canelo', pero sin la pólvora suficiente para doblarle las piernas a azteca. Estaba aplicando un plan de pelea inteligente al tratar de asestar algunas manos y comenzar a girar hacia la derecha de Álvarez, buscando desesperarlo y frustrarlo.

El quid del asunto estaba en cuando dos circunstancias coincidieran en el tiempo: que Khan dejara de moverse por obvias razones y cuando 'Canelo' mostrara su poder si este lograría eludirlo, como alcanzó a pasarle algunas manos en corto, y si tendría la resistencia para soportarle dicha descarga.

A cualquier pegador que hubiese recibido esa derecha de 'Canelo' también lo habría puesto a oler el formol.

Para el mexicano asumir esta pelea y no haberla liquidado como lo hizo, habría representado un riesgo y un poco de pérdida de brillo en su pretensión de seguir en el sitial del estrellato que ha dejado Mayweather y Pacquiao, ambos retirados, y que ahora compite con el kazajo Gennady Gennadievich Golovkin.

Precisamente, acabada la reyerta del sábado todos los comentarios apuntan a la batalla natural entre el mexicano y 'Triple G'. Sin embargo, y aunque las negociaciones se van a dar durante quince días, ya asoma el principal inconveniente: que 'Canelo' o su equipo, encabezado por Óscar de la Hoya, quiera condicionar la pelea a un peso inferior al reglamentario, es decir, a las 155 y no 160.

El otro es el arreglo del 'Pago por Ver'. Hace días de La Hoya había comentado que si Mayweather quería un posible regreso al boxeo con su pupilo, lo mucho que le ofrecerían sería un 70-30 en la repartición de las ganancias del PPV. Algo a las claras para que no acepte 'The Money', pero si de ese tamaño están las ofertas de Golden Boy Promotions qué se puede esperar le ofrezcan a Bob Arum manejador de 'Triple G'.

Ojalá y ambas partes no le jueguen al mundo la treta de cocinar por seis años la pelea natural entre Mayweather y Pacquiao para poder sacarle después el oro y el moro, porque esta entre 'Canelo' y 'Triple G' es al igual que aquella la pelea que todos quieren.