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Cada mañana una docena de ‘Feliz día’ le da la apertura a una nueva edición del tradicional programa deportivo ‘Buenos Días Deportes’ que ha dirigido Eugenio Baena, por más de treinta años.

Este martes, el arranque emotivo con el que ‘el Bate’ le da la bienvenida a los 'queridos contertulios de este programa deportivo' recordó las emisiones como cuando Campo Elías Terán, Remberto Muñoz y Billy Chams, sus amigos, también partieron de este mundo.

'Mi primer encuentro con él fue en la Serie Mundial de béisbol aficionado de 1976. Él hacía equipo con Napoleón Perea y Melanio Porto Ariza. Yo estaba con Luis Alberto Payares Villa, Fabio Poveda, Emiro Bertel, Luis A. Bello y Antonio Pisa. En el otro bando estaban los Pereas que sin duda arrastraban la sintonía. (Napoleón y Édgar) narraban alternándose los innings mientras que Melanio comentaba. La de ellos era una transmisión súper envolvente. Narraban de todo. Peleas de boxeo, panamericanos de béisbol. Édgar en la arena internacional, en fin. Tenían un grupo que mandaba la parada en la ciudad a mediados de los setentas. ‘Napo’ le dio la oportunidad para que alternaran. Napoleón tenía un mayor conocimiento del deporte del béisbol, pero el carisma de Édgar era mayor'.

PATRIOTISMO AL 100%

Para el reportero eterno de las peleas de campeonatos del mundo y de los campos de entrenamientos de las Grandes Ligas, Édgar Perea fue el más grande de todos los tiempos en la narración en el país.

'No hay duda. Es el más grande entre los grandes por su versatilidad con todas las disciplinas deportivas. En cualquier deporte donde le pusieran con un micrófono por delante lo hacía muy bien'.

Baena recordó que El Campeón tuvo un pacto con la gloria que quedó en evidencia en su participación con la CBS cuando narró más de 14 series mundiales del béisbol de Las Mayores junto a otros locutores representativos de otros países como Jaime Jarrín, Juan Vené y Billy Berroa.

'Se repartían los innings con los otros locutores de otras latitudes. A Édgar le tocaba los momentos más importantes como cuando Joe Carter dio el jonrón con el que terminó la Serie Mundial de 1993 en favor de los Azulejos de Toronto para ganarla en detrimento de los Filis de Filadelfia y el Hit de Oro de Édgar Rentería en 1997 con los Marlins de la Florida contra los Indios de Cleveland. Eso es tener pacto con la gloria. Por eso fue el más grande de todos los tiempos', describió Baena con la voz pausada, afectado por la muerte de un compañero de tantos viajes en peleas de campeonatos mundiales.

'La grabación de ese jonrón de Carter le dio la vuelta a todos los Estados Unidos', agregó.

Baena recordó con cierto humor que de no ser por la oferta de $1.500 pesos que le hizo la Casa Fuentes propietaria de Emisoras Fuentes a Perea para que narrara, nunca se hubiese materiainterlizado la historia del gran narrador deportivo y se hubiera quedado como el tornero de Intercol o el profesor de inglés del liceo.

'Son los detalles que marcan las historias de los grandes en la historia. Y él lo fue'.