Si los expertos coinciden en algo sobre el golf, es que en la era ‘post Tiger’, este deporte está en excelentes manos. Quienes dieron el paso al frente y tomaron el liderazgo mundial son, además de jugadores fantásticos, excelentes modelos para las nuevas generaciones. Spieth, McIlroy, Day y Fowler se han constituido en el nuevo cuarteto de oro que domina el golf universal y son los llamados a reemplazar al ‘Big Three’ de Nicklaus, Palmer y Player, o al grupo de la generación posterior de Faldo, Norman, Els y Singh. Mickelson no logró colarse en ese grupo y, curiosamente, tuvo su mejor época durante el reinado de Tiger, quien estuvo muy por encima de todos durante los 15 años que nadie le disputó su dominio.
Esta nueva camada de jóvenes golfistas se encuentra en un nivel que nos recuerda los mejores momentos de Tiger, con la diferencia que son cuatro en vez de uno. Bueno, además de ellos, hay una gran cantidad de jugadores capaces de retarlos en cualquier momento y salir con la victoria. Stenson, Rose, Reed, Simpson, Scott, Walker, Bubba, McDowell… la lista es larga. El golf está en el nivel más alto de su historia y todos los días salen nuevos jugadores a la misma altura. Es impresionante la calidad y la cantidad.
El Masters 2016 arrancó con una excelente presentación del campeón defensor, Jordan Spieth, con una vuelta de 66 golpes. A Spieth le critican su técnica. No tiene un poder comparable al de Day, McIlroy Stenson o Fowler. Lo que nadie le puede cuestionar es su fortaleza mental y una madurez que impresiona por su corta edad. Es en su mente donde se encuentra el poder que lo llevaron a ganar en 2015 el Masters y el US Open, segundo en el PGA Championship y quedar a un golpe de entrar al desempate del Open Championship en St. Andrews. Un año impresionante. En esta primera ronda demuestra que está hecho para los majors porque este deporte se juega entre las dos orejas.
Quien está en la misión de convertirse en sexto jugador de la historia en ganar los cuatro eventos del Grand Slam en su carrera es Rory McIlroy. Acompañaría en ese muy selecto grupo a Jack Nicklaus y Tiger Woods, que lo hicieron en 3 ocasiones cada uno; Ben Hogan, Gary Player y Gene Sarazen que lo lograron en una ocasión, cada uno. Para entender la dificultad de acumular esas 4 victorias durante toda la carrera, jugadores de la talla de Arnold Palmer, Sam Snead, Mickelson, Toma Watson, Lee Trevino, Byron Nelson y Raymond Floyd se frenaron en tres majors ganados.
Rory inició su participación anunciando su presencia y la intención de pasar a la historia después de una espera de 5 años desde que se desplomó en los últimos 9 hoyos del Masters en 2011 y cerrar con 80 después de liderar en cada una de las primeras tres rondas. Pero, después de llegar a -4, falló al final con bogeys en el 16 y 18 para cerrar con un 70.
Jason Day es el tercero del selecto grupo que protagonizarán la más importante rivalidad en el golf durante los próximos años. Day arranca con una vuelta espectacular que lo puso -5, terminado el 14. Un bogey en el 15, par 5, seguido por un triple bogey en el 16 y bogey en el 17, lo desplomó al par de la cancha cuando se dirigía a empatar o sobrepasar a Spieth en la ronda inicial. Como dicen, no se gana el torneo el primer día, pero sí puedes salir de competencia. Esperemos que no sea el caso para Day y sea protagonista, nuevamente, al final de la semana.
Además de estos tres favoritos, sorprendieron las malas rondas de Fowler (+8), Bubba Watson (+3), Adam Scott (+4). Justin Rose, el inglés quien siempre ha tenido excelentes rondas en Augusta, arrancó con -3, en buena posición, lo mismo que sus compatriotas Casey y Poulter. El veterano Mickelson concluyó con 72, aún con mucha tela para cortar, en procura de su cuarto Masters a los 45 años de edad.
Como dijimos al comienzo, son muchos los jugadores de altísimo nivel capaces de disputar el campeonato. La semana apenas comienza en el Masters de Augusta.