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Corría el año 2003 y Yadinys Amarís Rocha, con tan solo 19 años, emprendía un viaje en busca de mejores oportunidades hacia Santander. Seis años atrás, la ‘moda’ de practicar judo y que sumergió a los jóvenes de su natal Aguachica, en Cesar, catapultaron hacia el éxito la vida de Yadinys, quien hoy, junto a Yuri Alvear, es una de las dos únicas cartas de Colombia para los Olímpicos de Río de Janeiro.

Hace trece años vive en Bucaramanga, ‘la Ciudad Bonita’, vividero que le ha dado, además de una ascendente carrera deportiva, un título profesional: Licencitura en Educación Física.

p Usted ya estuvo en Londres 2012, ¿qué siente al volver a unos Olímpicos?

r Estoy muy motivada. Ir a los Olímpicos es lo más grande que le puede pasar a un atleta. Y el hecho de clasificar mucho mejor que en Londres 2012, me causa muchas más expectativa. Hemos seguidos los pasos de las atletas internacionales y será una guerra total.

p En Londres no pudo ganar medallas, ¿cree que habrá revancha en Río de Janeiro?

r En Londres perdí ante la estadounidense Marti Malloy, quien al final quedó en el tercer lugar. Este año estoy más preparada y creo que hemos recortado muchas diferencias a nivel táctico.

p ¿Cómo es su relación con Yuri Alvear, la única yudoca colombiana en ganar una presea en unos Juegos Olímpicos?

r Nuestra carrera ha ido de la mano. En mis inicios me enfrenté con ella y yo le ganaba, y ella a mí. Luego cambiamos de categoría, ella en los 70 kilogramos y yo en 57. Afortunadamente le ha ido muy bien y ha roto las barreras y las palabras de los que decían que no iba a haber campeones mundiales colombianos en judo. Yuri lleva tres ganados y una medalla olímpica.

p ¿Cómo fueron sus inicios en este deporte?

r En Aguachica se puso de moda, como en 1998, practicar judo. Yo empecé a practicarlo y a medida que iba ganando, me iba gustando. Luego comencé a viajar y consigo mejores oportunidades en Santander. Allí pude estudiar y los mayores logros de mi carrera los he conseguido con esa bandera.

p ¿No le da nostalgia no poder competir por su departamento?

r ¡Mucho! Fue duro dejar mi barrio (La Victoria) en Aguachica, pero no había un programa de apoyo a deportistas, aún no lo hay y eso hizo que yo emigrara al Santander donde encontré un respaldo a mi deporte. Siento mucha nostalgia al no competir por Cesar. Es más, cuando voy a campos de entrenamientos me hago con la gente del Cesar porque me siento parte de ellos.

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p ¿Siempre tuvo el apoyo de sus padres?

r Todavía me siguen apoyando mucho. Cuando empecé era difícil conseguir dinero para que yo viajara, entonces hacían tamales o rifas para poder viajar. Siempre he contado con el apoyo de mis padres (José Amarís y Silvia Rocha) y del resto de mi familia que, a propósito, es muy grande.

p Cuando Yadinys Amarís no está compitiendo, ¿qué hace?

r El judo como es mi trabajo, siempre estoy metida de lleno en esto, pero cuando no estoy compitiendo o en mi club (Club de Judo Yadinys) estoy haciendo terapias para recuperar mis rodillas (tuvo dos lesiones). Los fines de semana trato de salir: ir a comer, ir a cine. No puedo trasnochar, por eso me toca hacer cosas no tan tarde (risas).

p ¿Va a cine con el novio?

r Sí (risas).

p ¿Cómo se llama?

r Baudilio Hernández

p ¿O sea su entrenador y prácticamente el de toda su carrera?

r Sí (risas). Él es el entrenador de la Selección Colombia de judo.

p ¿Cómo es la relación en el plano deportivo, difícil?

r Ha sido difícil porque hay que separar las cosas, porque a veces quiero hacer lo que me parece y debo atender las órdenes. Él (Baudilio) es una persona que conoce mucho el judo. Con Yuri alcanzó la primera medalla para Colombia en unos Olímpicos y eso ha hecho de que yo los aproveche.

p ¿Qué pudo apreciar en su visita a Barranquilla con el fin de motivar a los jóvenes para que practiquen el judo?

r Con la Federación se está haciendo un proyecto de motivación para los yudocas. Hay mucha gente talentosa que no puede quedarse en el camino, pero debe recibir el apoyo de las empresas privadas. Vi que no hay conciencia de los dirigentes. Aún entrenan en un tatami (lona) muy antiguo, incluso yo competí y entrené en él. Hay que invertir porque talento hay.