Medio en broma y medio en serio, Orlando Ballesteros le manda una recomendación a los jugadores colombianos que acaban de ser transferidos al fútbol de China: 'No vayan a comer nada raro por allá (risas)'.
El ex delantero barranquillero tuvo un fugaz paso por el balompié del país asiático en 2003 y vivió la experiencia de encontrarse con una cultura, idioma y gastronomía totalmente diferente a la que estaba acostumbrado.
'No me acuerdo de ninguna palabra de allá. Si no hablo muy bien el español, mucho menos voy a hablar mandarín (risas)', dice Ballesteros, con gran sentido del humor.
Aunque hoy la recuerda con jocosidad, la experiencia del ‘Fantasma’ en esas lejanas tierras terminó siendo una frustración. Decidió marcharse de Junior para el Tiam Jim, seducido por una ‘jugosa oferta’ que le planteó un empresario, pero finalmente todo resultó un ‘cuento chino’.
'Cuando estaba en China me incumplieron lo que habíamos arreglado. Me dijeron que me iban a pagar 100 pesos y después el empresario salió con 50. Era casi lo mismo que me ganaba en Junior. No aguantaba irme tan lejos para cobrar igual', recordó Ballesteros, que alcanzó a permanecer un mes en el país más poblado del mundo.
'El equipo me trató bien y me puso una traductora desde que llegué. Estaba hospedado en un hotel. Yo creo que me hubiera adaptado si me cumplían. Eso sí, no iba a comer grillos ni perros ni nada de eso'.