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El Tour de Francia de 2015 se resolverá con la sentencia que dicte el Alpe d'Huez, último veredicto, inapelable, antes del paseo triunfal en París, cita definitiva de una edición en la que la montaña habrá sido la gran protagonista.

Las míticas 21 revueltas que comienzan en Bourg d'Oisans y culminan en la estación de esquí leyenda del Tour serán el colofón de la edición y ya no quedará terreno por delante para modificar la general. Será, por segundo día consecutivo, una etapa corta, apenas 110,5 kilómetros con inicio en Modane, pero de una enorme intensidad.

Porque antes de ascender el Alpe d'Huez el pelotón se enfrentará a otro puerto de categoría especial, la Croix de Fer, que se subirá por segundo día consecutivo, aunque en esta ocasión por su otra vertiente, algo más larga, 29 kilómetros, pero con menos pendiente media, el 5,2 %.

Su cima se sitúa a 55 kilómetros para la llegada, tras la cual hay un descenso accidentado de algo menos de 40 kilómetros que desemboca al pie del Alpe d'Huez.

Originalmente, el pelotón debía haber ascendido el Galibier y no la Croix de Fer, pero los desprendimientos registrados en ese otro mito del Tour llevaron a los organizadores a modificar el plan inicial.

En el recorrido definitivo lo que no cambia es el juez último, la suprema sentencia del Alpe d'Huez, sus 13,8 kilómetros con una pendiente del 8,1 %, sus míticas curvas.