En el cambio de temporada, los Rays de Tampa firmaron al lanzador colombiano Ernesto Frieri, quien venía de ser cerrador de Angelinos con un contrato de 800 mil dólares y unos 2.35 millones en incentivos, pero parece ser que estos últimos no funcionaron.
Por segundo año consecutivo el serpentinero bolivarense Ernesto Frieri fue puesto en asignación por un equipo de las ligas mayores. El año pasado fueron los Piratas de Pittsburgh y ahora fueron los Rays de Tampa por órdenes del mánager Kevin Cash.
¿Qué significa estar en asignación? Es dejar de estar en el roster principal del equipo por bajo rendimiento y en los siguientes diez días el jugador puede tomar tres caminos: uno que el equipo lo pueda negociar con otra novena por otro pelotero, cosa que solo puede hacerse en los primeros siete días; el otro es que decida ubicarlo en ligas menores o dejarlo en libertad para que su agente lo ubique en otra organización.
Todo esto es el reflejo del bajo rendimiento deportivo que el pelotero nacido en Sincerín (Bolívar) ha tenido en las dos últimas temporadas.
En Tampa no alcanzó su condición de cerrador por no brindar las garantías al equipo para sostener las diferencias en el marcador. De hecho, fue ganándose la confianza como lo que en la pelota llaman como ‘preparador de mesa’. Este año le anotaron 12 carreras en 23.1 de entradas lanzadas lo que lo dejó con un porcentaje de carreras de 4.63, un poco alto para su labor. Ponchó a 19, otorgó 11 bases por bolas y permitió 20 imparables, seis de estos fueron jonrones.
Pero la verdadera razón por la cual el jugador fue ubicado en asignación por Tampa el pasado lunes en la derrota ante Angelinos, 7 carreras por 3, fue por la poca versatilidad del derecho en poder trabajar más de una entrada. El equipo de por sí tiene varios serpentineros con esa condición y las necesidades del equipo están encaminadas a tener lanzadores que puedan sacar de seis a siete outs, es decir, más de dos entradas.
Desde que en Los Angelinos el entrenador de lanzadores lo obligó a cambiar su mecánica de pitcheo para tratar de reducir el tiempo de soltar la pelota, lo que le daba mucha ventaja a los corredores en las bases a la hora de los robos de la segunda, Frieri no ha podido ajustar ni volver a ser el mismo que le ameritó un contrato con la escuadra californiana cuando pasó a estos desde los Padres de San Diego.