Se apaga la voz de ‘El Cañón del Caribe’

La inolvidable voz de Roger Araújo se inmortalizó en muchos momentos gloriosos del deporte de nuestro país. En las Vueltas a Colombia, en mundiales de fútbol y detrás del Junior dejó tatuado su original y popular estilo narrativo. Su garganta relató con emoción los goles con los que el cuadro rojiblanco venció 3-1 a Santa Fe y se coronó campeón por primera vez, el 14 de diciembre de 1977.

'Vidal con el balón, hace la pared perfecta, la pelota para Solari, este para Vidal, punta derecha, ataca Junior, se mete, tiene marca, la elude, va a patear al marco, se aproxima, la tiene, la disputa, viene el centro, la pelota para Lorea, patea Lorea, ¡Gol de Lorea! ¡Goooooooooo! ¡Gol de Junior!... Carlos Alberto Vidal, Eduardo Solari, Alfredo Arango y el remate final de Lorea para que el estadio El Campín de Bogotá explote de locura como están explotando ustedes en Barranquilla'.

Su descripción nítida, con entusiasmo y al pie de la jugada, lo llevaron por diversas partes del mundo. Ese ‘Cañón del Caribe’ que retumbaba en cada rincón de la patria a través de la radio, se apagó en la mañana de ayer, a los 71 años de edad (nació el 5 de octubre de 1943), luego de sufrir 'una cirrosis hepática que no fue detectada a tiempo y que le generó tres paros cardíacos', según palabras de su hermano, el periodista César Araújo.

'El jueves lo llevamos de urgencia a la Clínica Saludcoop (79 con 49) y nos dicen que no tiene nada. El viernes mejora, pero el sábado otra vez es llevado de urgencia. De nuevo lo regresan porque dizque no tiene nada. Pasa el domingo mal y el lunes otra vez lo llevamos de emergencia', cuenta César Araújo, que se queja de que su hermano 'no recibió la atención oportuna y el trato adecuado' en el centro médico.

En medio de la tristeza por la partida de Roger, aparecieron las anécdotas y los gratos recuerdos de sus colegas. 'No se me olvida que él decía: soy el más joven de los viejos y el más viejo de los jóvenes', expresa Estewil Quesada Fernández. 'Antes de cada narración se comía una panela, siempre la llevaba a la cabina', recordó Javier Castell, que fue su comentarista en la emisora Mar Caribe.