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Eso de ‘Caimán’ le gusta no solo porque es su apodo, su sello personal y universal, sino porque le gusta el ritmo de la melodía ‘Se va el Caimán’, de José María Peñaranda, que lo transporta a toda su vida como futbolista y a su Barranquilla del alma.

Ojos abiertos, mirada fija y manos seguras. Una constante en la vida y la carrera de Efraín Elías Sánchez Casimiro, más conocido como ‘El Caimán’ y quien a los 20 años de edad, en pleno nacimiento del fútbol profesional colombiano, fue llevado a San Lorenzo de Almagro para iniciar una fulgurante carrera en el balompié.

Tiene algunos achaques propios de su edad, pero eso no le quita lo buena gente, lo sencillo y amable. Y siempre acompañado por su esposa Xiomara Hernández, su infaltable compañera en 70 de sus 88 años de vida. Para donde va, desde su casa en el barrio La Esmeralda (en Bogotá), hacia donde sea, va con ella.

Efraín Sánchez trabajaba como asesor de Coldeportes -entregó un proyecto para capacitar a los entrenadores de arqueros en el país-, pero debido a sus quebrantos de salud –fue operado no hace mucho de una rodilla- se retiró y ahora únicamente se dedica a dictar charlas y seminarios sobre fútbol y vivencias.

Es tranquilo, atento y muy buen hablador. Y no tuvo reparos para hablar con EL HERALDO de sus logros, de fútbol, de su vida. 'Pero sentémonos por aquí que a estos años ya me canso un poquito… Pero no creas… todavía hay ‘Caimán’ para rato (risas…)'.

Muy lúcido a pesar de sus 88 años (nació el 26 de febrero de 1926), está disfrutando el haber recibido la distinción a la ‘Vida y Obra de un Deportista’, que le entregó el diario colega El Espectador.

'No hay nada más gratificante para uno que le den una distinción de estas, pero en vida. Ya uno muerto, no tiene valor. Porque uno en vida, como en mi caso, queda con una tranquilidad enorme de saber que lo que se hizo estuvo bien, que se dejó un legado'.