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Diez días después de ganar el título mundial ligero de la AMB, Darley Pérez Ballestas cuenta que está haciendo lo que el sacrificio del boxeo le quita: comer gallina criolla, dormir en hamaca, caminar descalzo las playas del Urabá, pisar la arena gris, hablar mucho con su mamá, su familia y recordar a los amigos del alma.

Para alcanzar el cetro orbital entrenó seis meses en el gimnasio, en nombre de los fallecidos Billy Chams y Manuel Garcés, dos dirigentes del deporte que guarda en su corazón. 'Tenía que salir del ambiente del boxeo, porque estresa eso de tirar puños', afirma desde su teléfono móvil en el barrio San Antonio en San Pedro de Urabá.

Pérez Ballestas, de 30 años, merecía desconectarse. Estaba desesperado, como seguro su empresa Cuadrilátero que, sin campeones mundiales, sin aún recuperar al último ganador, el gallo Jonathan 'Momo' Romero, y muchos jóvenes en el congelador a la espera de una oportunidad, volvió la sonrisa con Darley.

Pérez habla como si estuviera en el paraíso. Suelta una 'vaina', una 'rumba bacana' que ofrecieron sus parientes. Está liberado tras ganar en la casa del dominicano Argelis López por decisión unánime, y asegura que descansa sin excesos, porque la próxima semana volverá a ponerse los guantes en Barranquilla.

Describe a su tierra como la maravilla. 'San Pedro de Urabá es más grande que el departamento del Atlántico y hay de todo, agricultura, la gente vive de la ganadería, se vive bacano, bien. Estoy de descanso y me controlo'.

Pérez Ballestas es el campeón 16 de Cuadrilátero en 29 años de existencia. 'El título ha llegado en un buen momento para la empresa que no estaba pasando por un buen momento'.

Cuadrilátero, que ahora tiene la gerencia de Ricardo Chams tras el golpe duro por la muerte de Billy el año pasado, necesitaba activar su prestigio ante la desaparición del mayor hacedor de campeones mundiales y para la vida.

Billy Chams en vida siempre puso como ejemplo a varios de sus púgiles, entre ellos en el ring a Tomás Molinares, y en el altar mayor a Fidel Bassa, ejemplo por su emprendimiento. Darley lo escuchó de labios de Billy, en su oficina, cuatro días antes de morir. Había peleado el fin de semana, un rival lo había tumbado dos veces, y le insistió que tenía que ser disciplinado, que entrenara con más esfuerzo y cuando fuera campeón invirtiera su dinero bien, que no lo malgastara. 'Eso lo estoy haciendo, compré ya mi casa', precisa Pérez, que aún no tiene rival para su primera defensa y antes de 3 meses estará definido.

A Darley aún le duele la muerte por enfermedad de Billy Chams, al que pronto visitará en su morada y ofrecerá una misa, la de Manuel Garcés, y la de una hermana de su mamá. 'Esa tía vivía en el barrio El Líbano en Cartagena, mi mamá me dejó solo, me había hecho una rumba muy bacana. Y nos dieron la noticia que se murió ayer de esa enfermedad que murió también el señor Billy Chams y Mauricio Garcés, quien me ayudó mucho, con los estudios, los transportes cuando comencé en el boxeo. Mi quinta pelea profesional la hice en San Pedro, gracias a su apoyo. La última vez que lo vi, iba para Montería. Salía para Barranquilla. Yo estaba de vacaciones. Me dijo que no quería morir. Me prometí ese día que sería campeón mundial y sería para él el título'.

Darley Pérez tiene un récord de 30 victorias, 19 antes del límite y una derrota, pero los nocauts no son una obsesión en una división de buenos pegadores. 'Hay gente que habla sin haberse subido al ring. Floyd Mayweather es el mejor de todos y no tiene tantos nocauts. Sé que tengo que mejorar mucho. Las combinaciones, por ejemplo, no estuvieron bien mi pelea ante el dominicano. La enseñanza es que uno cuando se propone una meta uno la logra, cuando quiere y lucha algo tarde o temprano llega. El pasado es pasado, el presente lo vivo siempre. El futuro no sé qué va pasar. Le pido mucho a Dios que las cosas me salgan bien. Uno se pone el precio, el valor. Hay que estar en la línea y trabajar a conciencia'.