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Alemania, que nunca ha podido con Brasil en partido oficial, es la penúltima prueba para la Canarinha, golpeada en el ánimo por la lesión de Neymar, en la antesala de una final que ansían sobremanera ambos equipos.

El primer capítulo del reto entre América y Europa en el tramo último de Brasil 2014 se pone en juego en el estadio Mineirao, de Belo Horizonte, acelerada y entusiasmada por la esperada llegada del combinado local en el penúltimo paso en la pelea por la Copa.

Brasil encara las semifinales en pleno estado de conmoción por la pérdida de Neymar por una lesión inoportuna y el país todavía se pregunta si el equipo estará a la altura para sustituir a su mayor figura.

Tanto el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, como los jugadores se han unido y se han conjurado para usar la lesión de Neymar como un nuevo incentivo, una inyección de moral que sirva para catapultar al equipo a la final del Maracaná.

En lo que va de Mundial, Brasil se ha movido más por impulsiones, instintos y emociones que por un fútbol pensado y racional.

En el apartado táctico, Scolari ha hecho diversas pruebas y ha barajado mantener el mismo esquema de juego de los últimos partidos, lo que supondría reemplazar a Neymar por alguno de sus sustitutos naturales, o cambiar a un dibujo más defensivo, con tres volantes de contención.

En el lugar del delantero del Barcelona lo más probable es que juegue Willian, medio del Chelsea, que ha entrado en varios partidos como opción ofensiva, aunque Scolari todavía no ha dejado claras sus preferencias en los entrenamientos realizados en Teresópolis.

Alemania transita de nuevo en el tramo decisivo. Aspira por fin a un gran triunfo en la etapa Joachim Löw, siempre en puertas del éxito y siempre ahogado en la orilla. El cuadro germano afronta en Belo Horizonte su cuarta semifinal seguida. Perdió con España en Sudáfrica 2010, con Italia cuatro años antes y en Corea y Japón alcanzó la final, donde fue superada precisamente por Brasil en la única cita en un Mundial que hasta ahora han jugado.

El cuadro germano, consolidado como un grande mundial tras presumir de trece semifinales de dieciocho participaciones en las veinte ediciones del torneo, espera enterrar la negra historia ante Brasil.

El anfitrión siempre ha ganado a Alemania en las tres ocasiones que han disputado un partido oficial. Una sola en un mundial, cuando le arrebató el título en el 2002. Dos más en otras tantas ediciones de la Copa Confederaciones.

Habría final inédita

Brasil podría abrir un nuevo capítulo en la historia de los Mundiales de fútbol, ya que si vence hoy a Alemania se producirá una final inédita. Nunca en copas del mundo se ha vivido una final Brasil-Holanda o Brasil-Argentina. Si Alemania vence a Brasil se repetirá final mundialista. Tanto Holanda como Argentina ya fueron rivales del cuadro germano en una final, en concreto en los años 1974 y 1990.