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La selección brasilera se juega hoy el pase a octavos de final de su Mundial ante un Camerún ya eliminado, con la meta de desplegar un mejor juego que en sus dos primeros partidos para ganar confianza de cara a las fases decisivas de la competición.

El equipo anfitrión necesita un punto para clasificarse sin depender del resultado del partido Croacia-México y si logra la victoria se garantizaría el primer puesto del Grupo A, objetivo del equipo de Luiz Felipe Scolari. Brasil lidera su grupo con cuatro puntos, México le sigue con cuatro, Croacia con tres y Camerún cierra con cero, fruto de sus dos derrotas en la competición.

En sus últimas prácticas, Scolari ha centrado el trabajo en mejorar la presión al adversario, la fluidez del juego ofensivo y los remates a puerta, puntos que han dejado que desear en los dos primeros partidos de Brasil.

La tarea de la clasificación se presenta fácil en el papel, porque Camerún ya no tiene opciones de pasar a octavos, pero Scolari sabe que no se puede fiar en este Mundial lleno de sorpresas, por lo que decidió contar con sus titulares.

El portero Julio César ha advertido que el partido es una 'final' para Brasil, porque si pierde y se da un empate entre Croacia y México, los anfitriones serían eliminados.

Además Camerún se quiere despedir del Mundial con dignidad, derrotando a los anfitriones, con lo que repetiría la victoria por 1-0 sobre Brasil lograda en 2003 en la Copa Confederaciones, en el único partido ganado por los leones indomables a la pentacampeona del mundo en las cuatro veces que se han enfrentado ambos equipos.

La gran duda en el cuadro camerunés es si Samuel Eto'o, estrella del equipo, se recuperará a tiempo de sus molestias en la rodilla para el partido contra Brasil. La única vez que Brasil y Camerún se vieron las caras en un Mundial, el equipo sudamericano ganó por 3-0 en la primera fase de Estados Unidos 1994. Efe