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Los artesanos están encerrados en la casa o el taller sin una plaza pública donde vender sus productos. Las muestras artísticas de los museos o espacios independientes —con su circuito permanente de charlas, talleres y encuentros pedagógicos— se dieron una pausa indefinida. Los conciertos en escenarios grandes o pequeños quedaron aplazados. Las presentaciones teatrales cancelaron su agenda que contempla la participación activa de público. Las ferias, los festivales, las exposiciones, las salas de cine móvil, etcétera, así como todos los demás eventos de la cultura local, nacional y mundial, están asistiendo hoy a la suspensión de sus procesos y recursos debido al aislamiento obligatorio por la pandemia.

A propósito de ello la Ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, sostuvo el pasado 31 de marzo durante la alocución del presidente, Iván Duque, que en el país se cancelaron más de 500 espectáculos, cerraron más de 1.200 salas de cine, más de 300 teatros, además de que se aplazaron numerosos festivales, fiestas patronales, encuentros de poesía y música tradicional. Sin duda 'un gran número de actividades artísticas y culturales, con consecuencias sociales y económicas que precisamente nos llevaron a la declaratoria de la emergencia social, económica y ecológica en nuestro país', añadió.

Debido a la situación del sector, sus distintos actores empezaron a ofrecer desde la semana pasada alternativas virtuales ante la coyuntura, reactivando o adaptando la agenda de los diversos campos. Por eso, el #Yomequedoencasa se ha convertido en una tendencia internacional de recomendación de eventos, lecturas, películas y actividades culturales para hacer en el aislamiento.

Sin embargo, la rápida respuesta de las diversas agendas no compensa la situación que hoy viven muchos artistas y hacedores, cuyos ingresos dependen de las dinámicas de intercambio con el público y de un circuito de ferias locales y nacionales, así como de una serie de estímulos económicos que están en mora por la cuarentena.

Consultadas por EL HERALDO, varias voces de la cultural del departamento del Atlántico dieron su testimonio sobre la situación que hoy aqueja al sector.

Voces y colectivos. La Cinemateca del Caribe programaba tres funciones diarias de lunes a domingo en su sede de Combarranquilla Country. Adicionalmente, con su Cine Foro gratuito patrocinado por una entidad privada atendía a más de 100 personas semanalmente. Su proyecto de Cinemóvil llegaba tres veces a la semana a distintos municipios del Atlántico, recibiendo hasta 350 asistentes al aire libre.

María Fernanda Morales, su directora, manifiesta su preocupación por los recursos económicos que ya no reciben al tener la sala cerrada y sus eventos cancelados.

'Contamos con empresas donantes que contratan los servicios, pero mientras existan las restricciones, que sabemos que son por el bienestar y la salud de todos en el país, de todos modos estaremos afectados', dice.  

Suspendidos están sus proyectos con el Ministerio, la Alcaldía y otras entidades. Del sector público reciben recursos asignados mediante concursos y convocatorias públicas que ahora mismo están detenidos.

Los 10 trabajadores de la Cinemateca están en teletrabajo, pero se preparan para los eventos del segundo semestre del año y contemplan opciones para sostenerse más adelante. Dice Morales que El Salón Internacional del Autor Audiovisual, evento anual que tiene lugar en octubre, 'podría ser trasladarlo, inclusive, a fin de año si la situación se pone más difícil'.

Para Patricia Iriarte, escritora y gestora cultural residente en Sincelejo, 'la situación más grave es la de los artistas independientes'. Aunque algunos están en proyectos que dependen de los recursos de Portafolio o Concertación, 'la gran mayoría no accede a esos recursos, sino que tiene que rebuscarse semana a semana, mes a mes, y ahora están de brazos cruzados. Tampoco son muchos los que puedan poner su oferta en la web y cobrar por eso. No conozco el primero que esté cobrando'.

Según Iriarte, el nuevo paquete del Ministerio de Cultura 'no es un alivio para el sector'. Señala que el más beneficiado es el cinematográfico y que el 44% de recursos se quedan en Bogotá.

En la Fundación Sanarte de la calle 10 de Puerto Colombia, Dalfre Cantillo, maestro en Arte Dramático, realizaba actividades con grupos de niños, adultos y adultos mayores los sábados y domingos. Las 5 personas que aportan a la Fundación no reciben pagos, salvo por los ingresos que se obtienen en carnavales o en diciembre, en sus eventos Carnaval a la Calle 10 y Festival de Arte a la Calle 10, este último los días 6 y 7 del último mes del año. Para ambos reciben apoyos directos de la Gobernación. Cantillo hace trabajos en los colegios y empresas como técnico de ejecución grupal, pero ahora mismo está esperando con los miembros de la Fundación que la situación se normalice.

Otro de los colectivos más afectados con la cuarentena es el de los artesanos del municipio de Galapa. Uno de ellos es Francisco Padilla Patiño, que en sus 74 años de vida ha dedicado el mayor tiempo a este oficio.

En su casa-taller trabaja en compañía de sus nietas, hijas y sobrinas con quienes fabrican las famosas máscaras para el Carnaval de Barranquilla y otras piezas de decoración, utensilios, llaveros, imanes y accesorios con motivo de la fiesta patrimonial.

'Debemos tener en cuenta de que el artesano produce y vende para comer, no tenemos un sueldo ni un salario, así que si no trabajamos no comemos. Sería un buen apoyo que miraran al artesano que necesita ayuda en este momento', dice.

Padilla, que anualmente participa en Expoartesanías, representa a unos 20 artesanos que como él dependen de lo que hacen para vivir. Sostiene que ha sido duro, pero hasta ahora han podido salir 'a flote', aunque advierte que si la cuarentena se extiende su situación sería 'grave'.

Por otra parte, en Cofradía Teatral, dirigida por el barranquillero Nibaldo Castro, los proyectos de formación de públicos y de creación de los 16 actores y artistas (entre estudiantes y egresados de la EDA y Bellas Artes) que la conforman están afectados en su programación. Para marzo, abril y mayo esperaban realizar varios encuentros en su sede en el barrio El Prado y otras.

'Estamos a la espera de que se levante este flagelo del virus y volver a programar funciones, porque vivimos de los proyectos y de lo que paga el público' dice Castro. Desde Cofradía planean hacer un crowdfunding y concretar gestiones con empresas privadas para que apoyen su infraestructura de las artes escénicas. Dice confiar en que los entes territoriales sabrán distribuir los dineros disponibles.

En el campo artístico, el gestor de arte contemporáneo y curador Jaider Orsini, director de Plataforma Caníbal, se muestra receptivo a la idea de trabajar de la mano con la Secretaría de Cultura 'para ver qué estrategias gestar en el campo económico' que dinamicen la situación financiera del sector.

'Estaría bien pensar la forma de financiar, no de regalar, sino financiar una serie de programaciones, o apoyar las iniciativas que se vienen dando en este tiempo', dice en referencia a los encuentros que artistas, gestores y escritores han promovido en el desarrollo de la pandemia.

La programación de Caníbal –que dispone de una residencia para artistas, cine club, biblioteca, proyectos de laboratorio– ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura y de un convenio con Idartes. Desde el aislamiento han aprovechado para mostrar en sus redes sociales perfiles de artistas no tan conocidos de los municipios del Atlántico. 'Es importante oxigenar el sector cultural', añade Orsini.

Leang Manjarrés Wong, de la banda de música Bozá, enfocada en sonidos del Caribe colombiano, dice que está 'aprovechando el tiempo para crear contenido y darle dinámica a su proyecto individual de Gaita Loop'. En redes sociales trata de mantenerse activo a través de transmisiones en vivo y difundiendo contenidos producidos en sus conciertos o videos caseros. 

'Ahora mismo la forma de generar recursos económicos es a través de medios masivos o comerciales (Radio y TV) a nivel nacional. Si estos empezaran a disponer de música o tener franjas para artistas locales y emergentes, nos daría la oportunidad de tener movimiento financiero por los recaudos que puedan lograr las Sociedades de gestión colectiva a las cuales estamos inscritos'.