Hay quienes dicen que cuando la televisión de pantalla plana y el formato de cine llegaron a las casas colombianas (Aproximadamente en la década del 2000) no había nada mejor que alquilar dvds y disfrutar las películas con palomitas y una buena compañía en la comodidad del hogar.
Por temas como la piratería, el auge de páginas de Internet y las incipientes plataformas de streaming un panorama de incertidumbre se cernió sobre el cine, e incluso algunos profetas apocalípticos vaticinaron que se acabaría. Nada más alejado de la realidad.
En 2018 se reportaron 63.9 millones de entradas a las salas de cine de Colombia. Una cantidad suficiente para llenar el Estadio Metropolitano 1.360 veces en promedio, o completar la capacidad total de la Plaza de la Paz en más de 6.500 eventos, incluso la cifra sobrepasa la misma población colombiana en un 40 por ciento.
Los cinéfilos del país generaron ingresos por 187.3 millones de dólares, según el informe de 2019 sobre el Panorama Audiovisual Iberoamericano.
Este análisis estudia la producción y exhibición cinematográfica en 23 países de Iberoamérica y su repercusión en Estados Unidos y Europa durante el 2018.
Estas cifras fueron presentadas por Egeda (Sociedad de Servicios para los Productores Audiovisuales) en colaboración con Fipca (Federación iberoamericana de productores cinematográficos y audiovisuales).
Los números superan a los de países de gran consumo cultural como Argentina, Chile y Perú, que también fueron estudiados por las organizaciones ya mencionadas.
La audiencia anual en Colombia es de 1.3 películas por habitante y la evolución de la asistencia en los últimos cinco años va en aumento, pues pasó de los 46.9 millones en 2014 a los 63.9 en 2018.