El filme Pájaros de Verano, rodado en La Guajira, sigue haciendo historia. Esta vez la película de Ciro Guerra y Cristina Gallego se quedó con el galardón a Mejor Película Iberoamericana en los Premios Ariel que se entregaron en México el lunes.
Al evento, que se desarrolló en la Cineteca Nacional, en Ciudad de México, no pudieron asistir los directores de la cinta colombiana que narra el ascenso y la caída de una familia wayuu durante la época en la que entraron en Colombia grandes cantidades de dinero debido al narcotráfico, entre 1960 y 1980.
El político y actor mexicano Damián Alcazar fue el encargado de presentar la categoría y en su breve discurso recordó a los exiliados españoles que llegaron huyendo de la dictadura franquista entre 1936 y 1975. El premio fue recogido por los productores de Pájaros de Verano.
'Hoy en esta fiesta cinematográfica conmemoremos las ocho décadas desde que el incierto destino de mujeres y hombres brillantes trajo a actrices, técnicos, directores, etcétera, al cine mexicano e iberoamericano', dijo Alcazar.
'Roma', del cineasta mexicano Alfonso Cuarón, cerró su exitoso ciclo de galardones y se alzó como la máxima ganadora en la 61ª edición del Premio Ariel al lograr 10 estatuillas, en una ceremonia que dio voz a las mujeres
La ceremonia, más modesta de lo habitual, también estuvo marcada por los reclamos contra la política de austeridad del presidente mexicano Manuel Andrés López Obrador que ha causado descontento en los sectores culturales.
El filme de Netflix que rinde homenaje a roles cotidianos de las mujeres de la década de 1970, y que este año le valió a Cuarón su segundo Oscar en dirección, se impuso en categorías como mejor dirección, mejor película, mejor fotografía, mejor dirección de arte y mejor sonido.
'Me siento profundamente conmovido, agradecido y orgulloso de pertenecer a una comunidad que es reconocida en el mundo por su inmensa fraternidad, diversidad, solidaridad y generosidad', expresó Cuarón en un video proyectado en la ceremonia efectuada en la Ciudad de México.
Moños rojos atados a la muñeca completaron los atuendos de gala de varias actrices en la ceremonia, símbolo de la campaña 'Ya basta', dirigida contra la violencia en su gremio.
Entre ellas, la actriz de 'Roma', Marina de Tavira, que obtuvo la estatuilla de mejor coactuación femenina y la estrella de esa película, Yalitza Aparicio, que en esta ocasión no se llevó ningún premio.
Ilse Salas, premiada como mejor actriz por la película 'Las niñas bien', una sátira sobre matrimonio, también alzó el brazo con la pañoleta roja.
'Ya basta. Ya basta de abusos de poder, de conductas machistas... de todo eso ya estamos hartas como mujeres', espetó Salas.
'Y si tenemos un privilegio lo usamos para abrir las puertas a todas, porque los privilegios de algunas no son sinónimo de igualdad para ninguna', planteó el manifiesto al que dio voz la productora Paula Amor en la premiación del máximo certámen cinematográfico de México, donde el movimiento #MeToo, creado por actrices estadounidenses, motivó a varios gremios, incluido el periodístico.
'Buscamos espacios libres de violencia y de acoso en las instituciones, en las escuelas, en los set, en las instituciones, en las producciones y festivales de cine. Buscamos paridad laboral y en las narrativas y contenidos, este es nuestro primer acto público e invitamos a más mujeres a que se sumen', dijo la productora Elena Fortés.
El actor y director Gael García aplaudió la campaña 'Ya basta'. 'A nosotros los hombres nos toca apoyar, algo se tenía que decir al respecto (sobre la urgencia de equidad) y hay que estar atentos, escuchar', dijo en su paso por la alfombra roja.
'El cine no es un lujo'
Este año, la premiación no se realizó en su escenario tradicional, el Palacio de Bellas Artes, el mayor recinto cultural mexicano, sino en las instalaciones de la local Cineteca Nacional, en una ceremonia que se ajustó a las medidas de austeridad promovidas por el gobierno de izquierda.
Una parte de la industria del cine mexicana expresó su preocupación por los recortes en el presupuesto para este año de la secretaría de cultura de 3,9%, en comparación con el 2018.
'Hoy vemos con preocupación los drásticos recortes en los presupuestos de instituciones y las políticas públicas que no solo han sido fundamentales a la cultura mexicana, sino que han contribuido al ejercicio democrático', dijo Ernesto Contreras, presidente de la Academia Mexicana de Cinematografía.
El veterano cineasta Arturo Ripstein, galardonado en tres ocasiones por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, se sumó a la ola de protestas en contra de la disminución del recursos a ese ministerio, y señaló que el apoyo al cine 'es un deber del Estado'.
'El cine no es un lujo que se puede desechar, no es un bien prescindible al que se le tomará en cuenta cuando vengan tiempos mejores', dijo Ripstein en la ceremonia austera.
En contraste, el actor Damián Alcázar, un conocido simpatizante de López Obrador que cuenta con casi una docena de estatuillas del Ariel, señaló que apoya las medidas de austeridad del gobierno mexicano.
'Los que sabemos cómo está la gente, cómo viven nuestros niños en las diferentes regiones del país, estamos conscientes de que hay prioridades', dijo el protagonista de la serie de Netflix 'Narcos 3'.
Ante las críticas, López Obrador argumenta que la concepción de la cultura es otro.
'Todo es relativo, habría que definir qué entendemos por cultura. Nunca se había apoyado tanto a la cultura como ahora. En mi concepción de cultura, la cultura tiene que ver con los pueblos, nunca los pueblos originarios habían sido atendidos como ahora', dijo López Obrador, que ha cortado recursos a todo aquel gasto que considera como un 'lujo innecesario'.