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Los Ángeles. Marilyn Monroe dijo alguna vez que Hollywood era el lugar 'donde te pagan 1.000 dólares por un beso y 50 centavos por tu alma'. Pero cuando se trata de taquilla, la fe puede resultar un asunto muy lucrativo.

Las películas religiosas, destinadas principalmente a audiencias evangélicas en Estados Unidos, han ganado un espacio importante de la cartelera desde finales de la década de 1990.

El pasado fin de semana I Can Only Imagine fue la tercera película más taquillera. Se estrenó hace dos semanas en Norteamérica con 17,1 millones en boletos y para el domingo acumulaba 38,1 millones.

La cinta está protagonizada por Dennis Quaid y J. Michael Finley, que interpreta al cantante principal de una popular banda cristiana.

Pablo, el apóstol de Cristo, se estrenó el fin de semana también con una taquilla más modesta de 5,1 millones de dólares y una crítica no muy favorable. El LA Times la calificó de 'tediosa'.

Está protagonizada por James Faulkner y Jim Caviezel, quien interpretó a Jesús en La Pasión de Cristo, de Mel Gibson en 2004.

'Lugar auténtico'. Hasta los años noventa, Hollywood estrenaba raramente una película religiosa.

Para 2006, se estrenaban entre cuatro y cinco películas de este género al mes. El auge se debe a un pequeño grupo de distribuidores que 'realmente descifraron el código' de lo que las audiencias religiosas quieren, normalmente cambiando dramas épicos bíblicos por historias más modernas y contemporáneas, explicó el analista Paul Dergarabedian, del sitio especializado comScore.

'Estas películas tienen que venir de un lugar auténtico. No puedes llegar a una reunión de ejecutivos y decir —las películas religiosas son populares, hagamos una—. Tienen que ser auténticas, las comunidades basadas en la fe sabrán si no estás desarrollando una buena historia'.

Caviezel está en conversaciones para hacer una secuela de La Pasión de Cristo, la película con temática religiosa más lucrativa de la historia, con una taquilla global superior a los 600 millones de dólares, 20 veces más que lo que costó producirla.

'No estaba haciendo lobby por el papel porque nadie sabía que estaba sucediendo', dijo Caviezel sobre su casting en 2004 en una reciente conferencia de The Fellowship of Catholic University Students.

'Mel Gibson me quería a mí para interpretar a Jesucristo, quería a un tipo cuyas iniciales fueran JC y que acabara de cumplir 33 años para encarnar a Jesucristo. ¿Es una coincidencia? No lo creo', contó.

Negocio millonario. Cuarto de guerra (2015), que también tuvo una crítica negativa, recaudó no obstante 67,8 millones de dólares, llegando al tope de las más taquilleras en su segunda semana.

Una año antes, Dios no está muerto se estrenó con 9,2 millones y llegó a sumar 60,7, con una secuela en 2016 que sumó 20,7 millones de dólares.

Una tercera entrega, que se estrenó ayer, tiene proyecciones de 5 millones en su debut en el fin de semana de Pascua.

La taquilla no parece gran cosa si se compara con grandes producciones como Pantera Negra, que superó los 600 millones, pero se trata de un género que ha vendido 2.000 millones de dólares en boletos desde finales del siglo pasado, según el sitio Box Office Mojo.

Y eso sin contar gigantescas producciones que no son consideradas como evangélicas: Los 10 mandamientos (1956) de Cecil B DeMille; las producciones de 2016 Ben-Hur, Silencio y Hasta el último hombre; y la cinta animada La estrella de Belén (2017).

Por estos días llegará a Colombia el filme María Magdalena, protagonizado por Rooney Mara y Joaquin Phoenix, y dirigida por Garth Davis.

El film cuenta la historia de María, 'una joven mujer en busca de una nueva forma de vida. Restringida por las jerarquías de la época, ella desafía a su familia tradicional al unirse a un nuevo movimiento social dirigido por Jesús de Nazareth. Pronto encuentra su lugar dentro del movimiento y en el corazón de un viaje que la conducirá a Jerusalén'.