Tras casi seis meses de un silencio sepulcral por parte de los grandes museos de Nueva York causado por la pandemia del coronavirus, la vida cultural de la Gran Manzana comienza a resucitar con la reapertura esta semana de algunas de las instituciones más importantes del mundo, que han implementado importantes medidas de seguridad y reducido drásticamente el número de visitantes permitidos.
Una de ellas ha sido el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que este jueves abrió las puertas al público con unas medidas tan estrictas que apenas un puñado de personas se paseaban por el amplio hall de llegada del lujoso edificio.
Para empezar, el MoMA solo puede recibir a 100 personas cada hora, y la obligación de los visitantes de presentarse a la hora que indique su ticket les garantiza precisamente que la gente no se acumule en la entrada, mientras que un despliegue de tecnología de última generación posibilita que no haya contacto físico alguno durante el registro de seguridad.