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Por:  Aldair Zamora

Era el 13 de marzo de 2013. La noche se había vuelto fría y lluviosa en la Ciudad del Vaticano, Italia. El reloj marcó las 7:06 p.m. y una humarada blanca que pareció haber sido consciente de su función, brotó de una chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina.