Si hay algo que aprendieron este año las industrias culturales y del entretenimiento en general es la inmensa ventana de oportunidades que se abrió con la virtualidad. Buscando siempre preservar las tradiciones culturales desde los territorios, por ejemplo los festivales gastronómicos en el Atlántico, con sus cocineras y cocineros como protagonistas, llegaron a las casas de los barranquilleros a domicilio a través de la iniciativa de la Gobernación, Sazón Atlántico.
Así, los pasteles de Pital de Megua o las arepas de huevo de Luruaco, por citar solo dos, no solo se siguieron preparando, sino que reactivaron las economías de sus creadores.
Lo mismo pasó con eventos culturales tan icónicos como el Festival de la Leyenda Vallenata, Barranquijazz o el más reciente del Hombre Caimán en Plato, Magdalena, entre muchos otros. Lo impensable pasó, con las redes sociales como puente, las personas los disfrutaron desde casa y la tradición siguió viva. El Carnaval de Barranquilla 2021 no será la excepción y tendrá la virtualidad como su mejor aliada mientras la pandemia continúe.
Así, con la Internet a su servicio, los músicos y sus conciertos, la moda, el cine, el teatro, las ferias del libro, los recitales de poesía, los eventos religiosos, los duelos de acordeoneros, la danza y casi todo lo que encierra la cultura y el entretenimiento entendió, quizás a los tropezones, que las tradiciones también se deben reacomodar por el bien de su subsistencia y de los seres humanos que en este 2020, encerrados, aprendieron a valorarlas como nunca antes.