Desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde las manos de Simón Villanueva se movían con la intención de seguir dándole forma a las joyas que por muchos años creó. Lamentablemente, el pasado 23 de abril Simón falleció a sus 92 años por problemas de salud derivados de enfermedades crónicas.
En 2017, este hombre fue galardonado por Artesanías de Colombia con la Medalla a la Maestría Artesanal en la categoría de Legado, la cual se otorga a familias que hayan perpetuado el oficio por más de tres generaciones.
A pesar de que este artesano originario de Mompox (Bolívar) inició siendo reconocido por las sopas trifásicas que vendía en la puerta de su casa, pronto despertaría su interés por las joyas, convirtiéndose varios años después en un referente de creación y de evolución de la filigrana en Colombia.
Uno de sus más grandes instructores fue su entonces vecino Guillermo Tres Palacios, quien le enseñó el oficio de la joyería en filigrana. Al poco tiempo elaboró sus primeras piezas de plata, y cuando consideró que contaba con las capacidades y los conocimientos óptimos, decidió vivir de sus creaciones viajando por algunas poblaciones de Colombia para venderlas.
En su recorrido pudo conocer a grandes maestros joyeros, carpinteros y herreros, quienes además de compartir con él sus conocimientos y experiencias, le heredaron uno de sus grandes tesoros: su mesa de joyería.
Algunos de sus hijos y nietos han decidido seguir sus pasos y aseguran que buscarán mantener la tradición y la destreza de Simón, ayudándose de las facilidades tecnológicas que puedan existir en el futuro.