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Normalmente entre Barranquilla y el Carmen de Bolívar hay dos horas y media, máximo tres, con la carretera en buen estado. Ahora, con una vía en malas condiciones, casi que ‘bombardeada’ y funcionando a un solo carril entre los municipios de San Juan Nepomuceno, San Jacinto y el Carmen, el trayecto entre la capital del Atlántico y el corazón de los Montes de María toma entre cinco y seis horas.

La distancia entre los tres municipios, que en teoría debería tomar 45 minutos, tarda dos horas y media.

En la vía, por las constantes interrupciones, los vendedores de jugo de naranja, tinto, empanadas, arepa de huevo, chepacorina (galleta insignia de la zona), agua, gaseosa y diabolines, entre otros productos, hacen su agosto.

'Gracias al Gobierno se subieron las ventas', dice una vendedora de tinto.

El paisaje se pinta de verde, todo reverdece, el cielo es azul y el calor de las 7:30 de la mañana no golpea con tanta fuerza. Camiones, volquetas, tractocamiones o mulas, camionetas, carros, motos y campesinos en burro comparten un solo carril con una paciencia sorprendente. Lo único que no se ve en la vía es a los obreros y la maquinaria trabajando, a pesar de ser miércoles.

Una vez en el Carmen de Bolívar la delegación de estudiantes de periodismo de la Universidad Internacional de Florida, la Universidad del Norte y de la Maestría de Periodismo de esa alma máter y EL HERALDO se dirigió a la Casa de la Cultura. La razón, encontrarse con miembros del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21.

Ubicada entre las calles 23 y 22 con carrera 51, la mitad de la antigua vivienda es ocupada por una oficina de Comfenalco. La otra parte se divide entre el colectivo audiovisual y la Sala Museo Lucho Bermúdez.

Un reloj, discos, una radiola, un Congo de Oro que le otorgó el Carnaval de Barranquilla en 1971, cuadros, fotografías, un diploma de la Universidad de Sucre y otros reconocimientos son algunos de los objetos que guarda el recinto del hijo más ilustre del Carmen de Bolívar.