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'No recuerdo mi nombre. Perdí la memoria; lo último que viene a mi mente es que un monstruo intentaba matarme...de repente, pude invocar a un guerrero mental y usar su fuerza'.

Tengu es una manifestación mental. Es un cuervo con grandes alas, armadura brillante y una mirada que despide luces color verde. Lleva siempre en su cinto una espada que no duda en usar para rebanar a sus enemigos. No sabe si es malo o es bueno, eso apenas lo está descubriendo; lo que tiene claro es que es una especie de engendro, un vengador, un ser etéreo, un oscuro alter ego del hombre que alguna vez fue.

La historia nace de la inventiva del creador e ilustrador Mario Cabrera, un abogado barranquillero de 36 años que abandonó su profesión para dedicarse a lo que más le gusta en el mundo: los cómics. 

'La idea detrás de Tengu viene del concepto de utilizar la mitología colombiana para contar una historia más urbana, actual y universal, que pueda leerse en cualquier ámbito', contó el autor, que entre trazos, experimentos y tertulias con amigos, decidió darle vida a su personaje y crear para él un mundo de aventuras. 

Jóvenes talento

'Mis papás no me apoyaban al principio. Me decían que esos monicongos no servían para nada, que los cómics eran para vagos y que mejor estudiara', cuenta entre risas Jesús Barrios, un joven de 25 años que, al igual que Cabrera y muchos otros amantes de las historietas, dejaron de lado sus profesiones para dedicarse a ilustrar o a escribir 'paquitos', como también se le conocen en la ciudad.

'A mí lo que me gustaba era dibujar. Nunca ejercí mi profesión porque quería hacer cómics. Un amigo me enseñó el mundo de las historietas. Desde ahí me solté y empecé a ilustrar. Cuando empezaron a salirme los contratos mis papás se dieron cuenta que sí podía vivir de eso', dijo. 

Entre muchos de sus trabajos, Jesús fue el trazo detrás de Indignados, un cómic de superhéroes ambientado en Colombia y creado por Eder Villa bajo el sello Arquetipo. La historia hace una crítica social a la corrupción y al poder político desmedido. A todos estos matices se suma una invasión extraterrestre. 

Ninfa Pérez y Gabriela Carrera son dos jóvenes de 25 y 27 años que también crean historias. Ellas cimentaron su círculo social en torno a sus preferencias: el manga japonés, la cultura cosplay y los videojuegos. 

Ambas trabajaron proyectos equidistantes, pero con un poderoso vínculo común: ser mujeres. 

Tripulación de papel fue el trabajo de Ninfa bajo el sello de Aluna, junto a otros artistas, editado por Luis Silva y Carlos Ardila. Por su parte, Gaby plasmó en Diario de Gabee Carrera, sus emociones, su sentir. A manera de novela autobiográfica, describe situaciones a las que se debe enfrentar una mujer en la realidad colombiana. 

Desde la academia

Carlos García se dedica al cómic desde las aulas. Este docente en cátedra de Cómic y Narrativa Gráfica, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, asegura que hace 20 años en la facultad de Arte era mal visto que los estudiantes hicieran historietas porque era considerado un arte menor.

'Es difícil hacer cómics en Barranquilla porque la gente lo relaciona siempre con los superhéroes. Este es quizá el que más se conoce, pero no es el único que existe, creo que debe hablarse de otro tipo de relatos. Yo prefiero apostarle a otras ideas porque el mercado es colosal', expresó el artista, creador de diversas obras, entre ellas Revólver, una de sus historietas. 

Cómic lab

'Este es un colectivo creativo, integrado por artistas; tanto ilustradores como escritores de cómics.

Alrededor del tema también promovemos la cultura a través de eventos y convenciones que hacemos en la ciudad', manifestó Fred Ávila, cabeza de este clóster. 

Fred, biólogo de profesión, fue ganador este año del Portafolio de Estímulos de la Alcaldía de Barranquilla por promoción de lectura gracias al proyecto Caribe legendario, un trabajo ilustrado por Ninfa, en el que un grupo de niños viven aventuras mientras investigan los mitos y leyendas del Caribe colombiano.

Amor al arte

Hace 40 años, Mario Romero se interesó en el arte del comiquero. Este ilustrador y escritor, hoy de 52 años, fue uno de los primeros barranquilleros en dibujar y publicar historietas. 

El artista empezó con Guerreros de Acero, cómic que se imprimía en blanco y negro de lunes a sábado, y a color los domingos en el extinto Diario del Caribe. El cómic circuló cerca de un año antes de su cancelación. Después se dedicó a otros proyectos relacionados con el diseño. 

A pesar de los años, el amor al arte de Romero sigue intacto. En la actualidad trabaja en un proyecto que empezó a crear a principios de los 90, pero que recién empieza a darle frutos: La Leyenda del Hombre Caimán. 

'Cuando empecé no había computador, el trabajo era completamente manual, me gustó la historia, me dije —esto vale la pena— y me dediqué a ilustrarla. Viví un mes en Plato Magdalena para investigar las costumbres y cotidianidad de la gente. Creo que hice un buen trabajo, ya está disponible en Amazón'.