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La naturaleza muerta que crece en El Tablazo, un corregimiento de San Juan del Cesar, en La Guajira, ahora también establece sus raíces en lo más profundo del espacio sidéreo. Aquí, los niños y los ancianos de Luruaco, municipio del Atlántico, así como las estaciones de buses de Valledupar, la capital del vallenato, carecen de gravedad. 

En ‘Espacios temporales’, el artista plástico Liman Zúñiga plasma retratos de algunos rincones del Caribe colombiano y los transporta hasta un espacio lejano. A veces hasta la luna y otras veces hasta algún planeta extraño.

La exposición de Zúñiga será inaugurada hoy, a las 7 p.m. y exhibida hasta el próximo 6 de julio en la sede principal de la Alianza Francesa de Barranquilla (calle 52#54–75).

Son un total de 23 piezas en las que este artista vallenato, egresado de la Universidad del Atlántico, conjura una pintura figurativa y de tendencia surrealista cuyos protagonistas son convertidos en seres híbridos: cuerpo humano y rostro animal.

'Trato de crear un universo distante para criaturas que han muerto, quiero involucrarlos para que los seres humanos se identifiquen con ellos', asegura Zúñiga, quien ha centrado su arte en la memoria, la identidad y el territorio Caribe colombiano.

'A mí me inquieta salir de la realidad. Me gusta rendir un homenaje y darle vida a eso que ya no está. Los caracoles están vacíos, pero ahora tienen vida porque tienen un cuerpo', añade Zúñiga.