Dejarse caer no es tan fácil. Para derrumbarse, en la danza contemporánea, debe ‘partirse’ cada parte del cuerpo. Sarah Gamblin empieza por los dedos. Sube su brazo lo más alto que puede y luego deja caer los dedos al tiempo. Después tuerce suavemente la muñeca, le sigue el codo y, finalmente, el brazo. Lo baja y acerca a su pecho como si cargara un bebé, quizás para protegerlo, hasta encorvar todo su cuerpo y terminar acurrucada, acostada en el suelo.
Gamblin enseña esta técnica a 23 bailarines de música folclórica en Barranquilla. La bailarina es uno de los miembros de la compañía Bebe Miller, una prestigiosa escuela estadounidense de danza contemporánea que arribó a cuatro ciudades del país para promover intercambios culturales y exploración creativa, una iniciativa de la Embajada de Estados Unidos y su programa Dance Motion.