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El paisaje es tan mágico como irreal. Un cielo anaranjado que debajo tiene un mar de azul intenso. La vista se dirige de inmediato a la imagen de una pequeña embarcación, conducida por un niño con cabello afro, que navega por esas aguas tranquilas con un único objetivo: pescar. Esta estampa, aunque parece sacada de un anuncio de algún destino lejano, corresponde a Taganga, el paraíso terrenal donde sucede este relato.

El cortometraje de ficción, escrito por Santiago Trujillo, provoca que el espectador salga del embrujo que produce la placentera imagen a la crudeza de la realidad. Este mar, la pesca y la estabilidad de cientos de familias costeras está en peligro.

En El último pescador de Taganga un padre y un hijo mantienen la ilusión de poder vivir del mar a pesar de que, quienes vivían de la pesca en la bahía de Taganga, se han tenido que ir del lugar a falta de sustento. Para estos personajes cada día se convierte en una aventura en la que deben sopesar los peligros de un océano que ha vivido grandes transformaciones a causa del cambio climático, la contaminación y la proliferación del pez león.

Trujillo explica que este corto busca llamar a la reflexión, a través de un final sorpresivo, que podría dejar abierto el camino para pensar en un futuro distinto. 'Se plantea un reto sobre el futuro de los mares', agregó.

El guionista, quien es además el director de la Maestría en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual y del Programa de Cine y Televisión de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, trabajó con un equipo de esa institución para realizar la pieza audiovisual.

En el proyecto no solo trabajó con el programa del que hace parte, sino que unió fuerzas con la carrera de Biología Marina de la misma universidad. Entre ambas facultades viajaron al sector para la realización de un documental del cual se derivó el cortometraje que hoy hace parte de la Competencia Nacional Ficción de Bogoshorts.

Trujillo, quien se encuentra en este momento preparando un guion de teatro sobre el maestro Escalona, comentó que en cuanto la pieza supere su etapa de participación en festivales, espera entregarla a la comunidad de Taganga.