Aferrado a su flauta de millo y con los ojos aguados, Pedro ‘Ramayá’ Beltrán sacudió con todas sus fuerzas este instrumento para interpretar Cumbia Soledeña, tema de la autoría de su gran amigo y mentor Efraín Mejía Donado, quien fue despedido este domingo por sus coterráneos y seguidores de su legado musical.
Ramayá, mientras observaba los restos del hombre que le dio la oportunidad de convertirse en músico profesional, tomó un poco de aire y detuvo su ejecución para dedicarle unas sentidas palabras. 'Esto es para ti, no puedo contener mis lágrimas, fuiste mi gran amigo. A ti te pedí la oportunidad de tocar mi flauta con tu Cumbia Soledeña y no me la negaste, gracias por tanto Efraín', dijo el flautero bolivarense que llegó hasta la iglesia San Antonio de Padua, de Soledad, vestido de cumbiambero.